A inicios del siglo XX surgió una una corriente de biógrafos, llamada por algún autor como generación de entreguerras, en el cual el género de la biografía tuvo su mayor esplendor. Esta generación creía que un acto o un gesto podía constituir un signo clave para conocer el carácter de una persona, influenciados por la valoración que hizo Plutarco en la Antigüedad. Además, consideraban importante la capacidad de comprensión psicológica del biógrafo para desentrañar y clarificar una personalidad, lo que les diferenció de biógrafos anteriores, como Von Ranke, que no daba mucha importancia a los aspectos íntimos y privados de la vida de un personaje histórico. Los escritores más relevantes de esta generación fueron Emil Ludwig (1881 – 1948), Giovanni Papini (1881 – 1936), Stefan Zweig (1881 – 1957) y André Maurois (1885 – 1964).
Esta generación de entreguerras era insegura debido a la situación política y económica que se vivía en Europa durante el periodo de entreguerras, por lo que se veían obligados a configurar un nuevo modelo de sociedad. Se despertó en ellos un intento de recuperación de personajes históricos marcados por la individualidad, arquetipos de la sociedad y época que vivieron, capaces de dar pábulo al proyecto de hombre nuevo que urgía configurar. Por esa razón, aquellos años fueron una edad de oro de la biografía histórica. Todos estos autores surgieron de una pasión por la historia y por el hombre, eran descendientes de un historicismo renovado por el psicoanálisis aparecido recientemente.
Emil Ludwig
Emil Ludwig fue, junto a Zweig, el autor de referencia de esta generación y a él se debe el viraje ocurrido en el tratamiento de esta forma de historia, rompiendo con la simple acumulación de datos de épocas anteriores y transformándola en una forma de arte. Según Emil Ludwig, la biografía debiera ser un retrato que exprese el carácter del sujeto y que escribir la historia de un hombre o la historia de una época eran dos empresas muy distintas, tanto en propósito como en técnica. Admirador de la obra de Plutarco, se basó en él para escribir la historia de los grandes espíritus de la historia sobre cimientos estrictamente históricos.
Influencia de la generación de entreguerras
La forma de trabajar de Ludwig y de la generación de entreguerras ha servido de influencia posterior a la biografía contemporánea. Hoy en día algunas de las obras de Ludwig se consideran modélicas aun teniendo en cuenta que contienen una importante carga de subjetividad. En la literatura actual existe un renacimiento de la subjetividad, que se manifiesta en la proliferación de relatos autobiográficos y en la edición de novelas que funden ficción y examen de la propia identidad. A través de la autobiografía se abordan conceptos fundamentales en el pensamiento de hoy: sujeto, historia,…
En la enseñanza de la historia se está tomando conciencia de la conveniencia de volver a lo biográfico y lo individual como medio de que el estudiante sienta que forma parte de la historia y lo vea como algo más concreto y próximo. El renacer de esa carga de subjetividad en la biografía que ya indicó Plutarco y que fue retomada por la generación de entreguerras, se ve incluso reflejada en la proliferación actual de novelas históricas, las mismas que Ludwig desprecia por su capacidad de confundir y embrollar la historia.

Figura 1. Emil Ludwig, autor perteneciente a la generación de entreguerras.
Críticas
Aunque no siempre ha tenido influencias positivas en la historiografía posterior. Esta generación en general, y Ludwig en particular, fueron considerados por historiadores posteriores como escritores más cerca del arte literario y de la novela que de la historia. Porque, aunque utilizaban una base documental fidedigna, exageraban o sobrevaloraban actitudes y escenas, cargando el acento épico o dramático sobre el personaje, y abusaban de las descripciones psicológicas.
Estas acusaciones anteriores fueron también apoyadas por los historicistas, seguidores del mencionado Von Ranke. Como se puede observar, las críticas a la generación de entreguerras no fueron siempre positivas, por lo que la influencia de la obra de la generación de entreguerras no será especialmente relevante a aquellos historiadores que estén más próximos al positivismo de mediados del siglo XX y a los que priman más a la objetividad histórica que a la subjetividad de los acontecimientos y de las vidas que los protagonizaron.
Conclusión
La generación de entreguerras fue una generación de escritores que se centraron en la biografía de personajes históricos de relevancia para ver en ellos modelos en una Europa desgastada por la Gran Guerra y que se encontraba en una crisis profunda e incertidumbre de futuro. Algunas de las obras más relevantes de esta generación de entreguerras son Maria Antonieta y Erasmo de Rotterdam de Stefan Zweig; o Napoleón y Bolívar de Emil Ludwig. De especial interés es el Napoleón de Ludwig.
Bibliografía para ampliar conocimientos
Lario, Ángeles (coord). Historia Contemporánea Universal. Del surgimiento del Estado contemporáneo a la Primera Guerra Mundial. 1ª ed. Madrid. Alianza Editorial; 2010
Núñez Perez, Maria Gloria. La biografía en la actual historiografía contemporánea española. De: Revista Espacio, tiempo y forma. Serie V. Hª Contemporánea 10, 1997. p. 407-439
Ludwig, Emil Conversaciones con Mussolini. 1ª ed. Barcelona. Editorial Juventud; 1979. Disponible on-line en: http://es.scribd.com/doc/56570338/Conversaciones-con-Mussolini-Emil-Ludwig ; Disponible para comprar aquí.
Jose Palanca
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