En esta entrada vamos a leer un fragmento de la inscripción de Behistún. Gracias a él comprenderemos como los historiadores han podido estudiar el pasado. Pero la importancia de la inscripción no es solamente el conocimiento de la historia, sino que se podría decir que es la piedra Rosetta para conocer el elamita y el babilonio.
La inscripción de Behistún
Yo batí y apresé a nueve reyes. Uno se llamaba Gaumata, un mago; él mintió; así dijo él: Yo soy Esmerdis, el hijo de Ciro…Uno, de nombre Acina, un elamita; él mintió; así dijo él: Yo soy rey en…Uno, de nombre Nidintu-Bel, uno babilonio; él mintió; así dijo él: Yo soy Nabucodonosor, el hijo de Nabonido. El rey Darío entonces nos dice, la Mentira los hizo rebeldes, de manera que esta gente engañó al pueblo. Tú (Jerjes) serás rey de aquí en adelante, protégete con fuerza frente a la Mentira; el hombre que sea seguidor de la mentira, a ese castígalo bien, si eso debes pensar. ¡Qué mi país esté seguro!
Este texto es un fragmento de la inscripción de Behistún. Inscripción tallada y esculpida sobre la ladera de un acantilado en los montes Zagros, en la actual provincia de Kermanshah, en el Oeste de Irán. El texto está relacionado con el Imperio Persa Aqueménida durante la segunda mitadl del primer milenio a.C. En este fragmento se narra la victoria de Darío I (549 – 486 a.C.), rey de Persia, sobre nueve reyes, a los cuales llama mentirosos. Además, deja un mensaje a su heredero, Jerjes, para que se proteja y castigue la mentira.
El Imperio Persa en época de Darío I
En aquella época, el Imperio Persa estaba en su cénit en Oriente Próximo. Disponía de amplios territorios, en los cuales se incluía Persia, Mesopotamia, la península anatólica, Asiria, la costa mediterránea de Próximo Oriente, Egipto, algunas zonas griegas y algunas zonas del subcontinente Indio.
Darío I ascendió al trono tras asesinar al usurpador Esmerdis, mencionado en la Inscripción de Behistún. A lo largo de su reinado tuvo que hacer frente a numerosas revueltas. Algunos de los líderes de las revueltas son mencionados también en la inscripción, de forma que se recuerda la victoria de Darío I sobre ellos.
Darío reformó el Imperio Persa. El Imperio se organizó en 20 satrapías (o provincias) en las cuales estaba el sátrapa al frente. Estas satrapías conservaban su propia administración aunque pagaban un tributo anual al rey persa. Para llevar a cabo esta administración se construyeron una extensa red de carreteras y caminos destinados a facilitar esos servicios administrativos. Para mejorar el funcionamiento del Imperio, se implantó un nuevo y unificado sistema monetario, hizo del arameo idioma oficial en el imperio y realizó importantes proyectos de construcción. Todo ello para hacer del Imperio Persa Aqueménida uno de los más importantes en la historia de la Antigüedad en Próximo Oriente.
Descubrimiento de la inscripción de Behistún
En 1598, el inglés Robert Shirley vio la inscripción durante una misión diplomática en Persia. Este descubrimiento fue para el mundo occidental, que en los siglos siguientes creyeron que se trataban de inscripciones bíblicas. En 1835, Sir Henry Rawlinson, oficial del ejército británico, empezó a estudiar de una manera más seria y profesional la inscripción.
Importancia de la inscripción de Behistún
La inscripción de Behistún dipone del mismo texto escrito en tres lenguas distintas (persa antiguo, elamita y babilonio). Rawlison pudo traducir el texto en persa en el año 1838, mientras que los textos elamitas y babilonios (hasta entonces no descubierta su traducción) se pudieron acabar de traducir en 1843.
Así, se pudieron conocer lenguas muertas a partir de la traducción del texto en persa antiguo. A partir de ahí se pudieron empezar a estudiar y traducir textos escritos en elamita y babilonio, lo que ayudó a la investigación de la historia antigua. La inscripción de Behistún es comparada en ocasiones con La Piedra Rosetta debido a su importancia en el conocimiento de escrituras y lenguas antiguas de Próximo Oriente. La importancia es tal que la inscripción de Behistún fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2006.
Como comentario personal, y de forma un poco menos académica, Darío I acertó plenamente en situar la inscripción en un lugar de difícil acceso. Gracias a ello ha podido pasar a la posteridad en su lugar original, escogido de forma premeditada, y no ha acabado en otra sala más del British Museum.
Bibliografía
Vázquez Hoys, Ana María. Historia antigua universal I. Ed. Sanz y Torres.
Liverani, Mario. El antiguo Oriente: Historia, sociedad y economía. Editorial Crítica
Pisa Sánchez, Jorge. Breve Historia de los persas. 2011. Ed. Nowtilus
Jose Palanca
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Felicitaciones!!!!!
Que maravilla a mi me encanta toda esa presentacion historica, y aumenta mis conocimientos.
Reciban Bendiciones del Altisimo.