Las Germanías

La rebelión de las Germanías fue un conflicto que se produjo en Valencia y Mallorca a inicios del reinado de Carlos I entre 1519 y 1523. Fue un hecho paralelo en el tiempo al del movimiento de las Comunidades en Castilla. Ahora bien, mientras que los comuneros poseían una organización, unos líderes y un ideario, los levantamientos de las Germanías, hermandades cristianas, fueron protestas sociales espontáneas que planteaban peticiones determinadas y que nunca llegaron a constituir un programa político. Los dos movimientos no se influyeron mutuamente: las Germanías no cooperaron con los comuneros y su revuelta tenían un origen distinto.

Causas de la rebelión de las Germanías

En Valencia y Mallorca la rebelión de las Germanías fue una consecuencia de una evolución anterior, caracterizada por la prepotencia nobiliaria, la corrupción administrativa de los grandes municipios y por tensiones en el campesinado. La deuda municipal de los censales fue una importante reivindicación agermanada, tanto en Valencia como en Mallorca.

El movimiento valenciano empezó como una protesta contra los funcionarios de la ciudad y los aristócratas. A continuación, la violencia se convirtió en una guerra abierta contra los musulmanes. Estos, a su vez, apoyaron a sus señores frente a las hermandades. Los cabecillas de las revueltas supieron ver la ventaja de invocar una justificación religiosa para su acción.

En Valencia las tensiones sociales no eran sólo conflictos de clase y ésta no fue una rebelión homogénea. Participaron en ella artesanos que luchaban por su supervivencia, campesinos oprimidos por las cargas feudales, algunas capas medias de la población y del bajo clero, todos ellos unidos por unas míseras condiciones de vida, por los abusos señoriales y por su odio hacia los musulmanes, a quienes estaban dispuestos a atacar, destruir y convertir.

La rebelión de las Germanías en Valencia

El origen. La Junta de los Trece (1519)

En Valencia las incomparecencias del rey Carlos I, heredero de una ingente cantidad de territorios, y la no celebración de Cortes al inicio de su reinado crearon un malestar en la nobleza. Por otro lado, dos acontecimientos favorecieron la organización armada del artesanado: la amenaza de piratas turcos que había armado a los gremios de Valencia; y la huida de privilegiados y autoridades, incluyendo al gobernador, ante una epidemia de peste. Ante la situación anterior, el pueblo aprovechó la oportunidad para enfrentarse a la nobleza opresora y a unos impopulares funcionarios. Exigieron una representación en el gobierno municipal y el acceso a la justicia del emperador, que les era negada por sus señores.

En definitiva, este grupo de artesanos valencianos supo maniobrar para conseguir del emperador, que seguía en Barcelona, y el permiso para constituir una organización militar y política al margen del gobierno municipal. Los artesanos se organizaron en 1519 en la Junta de los Trece, que se convirtió en la suprema institución del movimiento agermanado.

Joan Llorenç

El primer dirigente agermanado fue el tejedor valenciano Joan Llorenç. Joan deseaba dotar a Valencia de una constitución republicana al estilo de Génova y Venecia. Joan estaba considerado como el ideólogo y fundador de la revuelta de la Germanías en Valencia y actuó como el primer líder de la Junta de los Trece. Sin embargo, tras su muerte en 1520, el carácter moderado de la revuelta se sustituiría por uno más radical y bélico, capitaneado por Vicente Peris. Tras su muerte, otros cabecillas de segunda fila llevaron el movimiento hacia la perpetración de violencias sin dotarlo de un programa preciso.

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Figura 1. La Lonja de la Seda de Valencia. Valencia fue la ciudad donde se origión la rebelión de las Germanías. Autor: Felivert. Fuente: Wikimedia Commons

Enfrentamientos: extensión y tensiones en el campo

En 1520 se rompió el entendimiento entre los agermanados y el poder real, representado por un nuevo virrey, Diego Hurtado de Mendoza. Cuando los agermanados modificaron, sin permiso del rey, el sistema de elección de los altos cargos municipales, la situación del virrey se hizo insostenible y se vio obligado a salir de la ciudad de Valencia. La Germanía se radicalizó y se extendió por todo el reino. Muchas poblaciones hicieron juramento aceptando la Santa Germanía y constituyendo sus propias Juntas de los Trece.

En el campo, el movimiento alcanzó un fuerte matiz antiseñorial y antinobiliario. El enfrentamiento entre grupos sociales fue más radical que lo que se alcanzó en Castilla con los comuneros. Las agermanados fueron básicamente artesanos y campesinos, con un sentimiento en contra de la nobleza. La situación en el campo se complicaba por la existencia de una numerosa población musulmana. Los agermanados eran hostiles a estos moriscos que, por su condición de vasallos de la nobleza, constituían parte de las fuerzas armadas de la aristocracia. Los ataques a los musulmanes y los bautismos forzados fueron hechos habituales en las rebeliones de las Germanías. La persecución contra los musulmanes tuvo lugar en la etapa de mayor radicalismo agermanado.

Los enfrentamientos armados y la capitulación de Valencia (1521)

El enfrentamiento armado se produjo en 1521. La nobleza contaba con 2 reductos: el ducado de Segorbe y el ducado de Gandía. El duque de Segorbe tuvo una fácil victoria en Almenara, pero el ejército agermanado, pero el ejército agermanado desbarató en Gandía a las tropas mandadas por el virrey. Pero esta victoria no pudo compensar la irrupción desde Murcia del marqués de los Vélez, que se apoderó de Orihuela en agosto de 1521. La situación militar de los agermanados se deterioró rápidamente y el virrey pudo retornar a Valencia en 1521.

Resistencia final y derrota definitiva

Medio año después de la entrada del virrey en Valencia, Vicente Peris, dirigente agermanado, pudo entrar en la ciudad y se hizo fuerte con un grupo armado, pero no pasó a mayores y acabó con su derrota y muerte. La Germanía se trasladó entonces a poblaciones como Játiva y Alcira, que resistieron hasta finales de 1522, lo que da una idea de las debilidades de las fuerzas del virrey en Valencia. A esta etapa final pertenece la figura del ‘Encubierto’, que se presentaba como nieto de los Reyes Católicos y como figura profética, aunque acabó siendo asesinado.

Tras la derrota viene el castigo. El castigo inicial dirigido por el conde de Mélito fue moderado, pero en 1523 fue nombrada lugarteniente general de Valencia Germana de Foix. Bajo su gobierno se endureció la represión: algunos dirigentes de la primera etapa agermanada fueron detenidos y ejecutados y se incrementó la represión de carácter económico. A la confiscación de bienes de los agermanados siguieron las multas colectivas, aplicadas a poblaciones y gremios. La represión incidió negativamente a la economía valenciana. Solamente en diciembre de 1524 fue posible sofocar cualquier atisbo de resistencia fuera de Valencia y Germana de Foix promulgó un perdón general.

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Figura 2. Germana de Foix, nombrada lugarteniente general del reino de Valencia durante la revuelta de las Germanías. Fuente: Wikimedia Commons

La rebelión de las Germanías en Mallorca

La Germanía de Mallorca comenzó a finales de 1520 y siguió las mismas dos fases que en Valencia: la moderada y la radical. Se organizó un poder agermanado y el virrey tuvo que huir a Ibiza en 1521, mientras que la Germanía se extendía a toda la isla de Mallorca, a excepción de l’Alcudia, que se convirtió en el refugio de los caballeros, ganando el título de caballerísima.

El artesanado urbano estaba a la cabeza del movimento, estando también el campesinado. Ambos iban contra caballeros y mercaderes. La ruptura social fue más fuerte que en Valencia y se amenazó con degollar a todos los mascarats, a los enemigos de la Germanía.

El encarcelamiento de Joan Crespí, el jefe de la organización, supuso el final de una etapa moderada. Su sucesor, Joanot Colom, se impuso e impulsó el programa económico de la Germanía: la supresión de los censales y una reforma fiscal que gravara la propiedad agraria. Aunque no les dio tiempo ya que se inició la contraofensiva del ejército real en octubre de 1522 y que culminó con el largo sitio de Mallorca desde diciembre de 1522 hasta marzo de 1523. Una vez cayó la ciudad, la rebelión de las germanías de Mallorca finalizaron y la represión fue más dura aún que en Valencia: el número de condenados a muerte fue el doble en la isla que en Valencia.

Conclusiones

Tanto en Valencia como en Mallorca los gremios textiles, de lana y de seda estuvieron a la vanguardia de las Germanías. El artesanado urbano fue la base del movimiento. Los enemigos de las Germanías eran definidos como los ricos, dando a esta rebelión un marcado carácter social. Abundan en los agermanados formulaciones a favor de un cambio social radical y manifestaciones de un odio social intenso. A su vez ese sentimiento se hallaba imbricado con un fuerte sentido religioso y minelarista. La Germanía era santa. Los agermanados vivían en un entorno profético de tradición medieval. El ambiente mesiánico se manifestó sobre todo en personajes como el Encubierto.

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Figura 3. Paz de las Germanías, del pintor Marcelino Unceta y López. Fuente: Wikimedia Commons

En Valencia, aunque acabó enfrentándose con el poder real, se había iniciado como una protesta contra el poder de la aristocracia terrateniente y contra los musulmanes. Contó con apoyo de las clases medias y de los gremios. Sin embargo, careció de base social y definida. Fue una alianza de grupos que expresaban diversas protestas:

    • protesta campesina contra la jurisdicción señorial y la competencia de mano de obra mora;
    • protestas contra la administración local y protesta contra la carga fiscal.

Además poseyó algunos rasgos revolucionarios y de oposición a las estructuras existentes. Toda esta amalgama acabó con la falta de cohesión frente a la oposición más organizada y que, gracias en parte a ello, pudo acabar con la rebelión. La nobleza y el alto clero prestaron su apoyo unánime a Carlos V, al igual que en el movimiento comunero de Castilla, y por eso mismo la represión de la rebelión fue una nueva victoria del absolutismo. A partir de este momento las preocupaciones de Carlos V vendrían del exterior y no del interior de la Península Ibérica.

Bibliografía

Si quieres ampliar tus conocimientos sobre este tema, puedes consultar los siguientes libros. El enlace da a Amazon, lo que te permitiría su compra en caso de que lo desees. También puedes visitar la entrada Los libros sobre Carlos V.

Fernández Álvarez, M. Carlos V. Un hombre para Europa. Editorial Austrial. 2010

Floristán, A. Historia Moderna Universal. Editorial Ariel. Barcelona. 2010

Floristán, A. Historia de España en la Edad Moderna. Editorial Ariel. Barcelona. 2011.

Lynch, J. Los Austrias (1516-1700) . Editorial Crítica. 2000

Ribot García, L. Historia del mundo moderno. Actas. Madrid. 2009

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Jose Palanca

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2 Comentarios

  1. Pilar 15/09/2019
    • Jose Palanca 17/09/2019

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