Anna Politkóvskaya y el creciente autoritarismo en Rusia

Anna Politkóvskaya fue una importante periodista y activista por los derechos humanos de la Rusia de finales del siglo XX e inicios del siglo XXI. Nacida en 1958 en el seno de una familia de diplomáticos soviéticos, se graduó en periodismo en la Universidad Estatal de Moscú. Politkóvskaya se hizo conocida por sus reportajes periodísticos de la guerra de Chechenia, en la cual denunciaba violaciones de derechos humanos y abusos cometidos por parte del ejército ruso, de los rebeldes chechenos y por la administración chechena respaldada por Rusia. Desde 1999 hasta 2006, escribió regularmente en la versión digital del periódico Nóvaya Gazeta, de ideología liberal, aunque también escribió diversos libros, de los que destacan Chechenia. La deshonra rusa (2003) y La Rusia de Putin (2004). Su crítica contra la Rusia del presidente Vladimir Putin, la narración de los hechos de la guerra chechena y su defensa de las libertades, le granjeó varios enemigos, amenazas de muerte y un intento de asesinato por envenenamiento en 2004. Finalmente, fue asesinada por diversos disparos de bala el 7 de octubre de 2006.

La obra de Anna Politkóvskaya

La periodista rusa Anna Politkóvskaya publicaba la gran mayoría de sus artículos en el periódico Nóvaya Gazeta. Muchos de estos artículos versaban sobre el conflicto de Chechenia, de los problemas de la Rusia de inicios del siglo XXI y del creciente poder y autoritarismo de Putin. En muchos artículos se describe el funcionamiento de la red organizativa burocrática en Rusia, que gira en torno a los deseos del presidente Putin. En algunos artículos, a los funcionarios y trabajadores afines a Putin les llama “los nuestros”.

Politkóvskaya explicó en varias ocasiones que esa red de afines al presidente llegaba a la mayoría de los medios de comunicación del país, con la complicidad de periodistas que admiten abiertamente esa sumisión a los designios del político ruso. Por otro lado, según Anna Politkóvskaya, los periodistas opositores de la política ejercida por Putin son considerados como enemigos y en ocasiones convertidos en parias.

Las críticas de Anna Politkóvskaya a la política rusa

Muchos textos de la periodista rusa se vinculan al creciente autoritarismo del poder político en Rusia desde el año 2000, coincidente con el gobierno de Vladimir Putin, y al efecto que ha tenido dicho autoritarismo al retroceso de la libertad de prensa. Desde su acceso a la presidencia en 2000, Putin colocó en puestos políticos decisivos a bastantes hombres provenientes de los servicios secretos, con buena reputación de funcionarios válidos y disciplinados, pero poco favorables a la instauración de una democracia liberal en Rusia ni a una política exterior cooperativa.

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Figura 1. Anna Politkóvskaya.2005. Fuente: Wikimedia Commons

Gracias a una recuperación de la economía rusa basada en las exportaciones de materias primas como el petróleo y el gas y a un buen manejo de la política antiterrorista, Putin pudo desde inicios del siglo XXI realizar un fortalecimiento del poder central y empezar a crear una red burócrata de personas afines a su persona, que tiene su máxima expresión con la reforma administrativa en la que los gobernadores regionales de la Federación Rusa ya no son elegidos directamente por el pueblo, sino que son nombrados por los parlamentos regionales previa propuesta del candidato por el jefe de Estado. Un indicador para poder medir el autoritarismo ruso es el índice de autoritarismo realizado por Freedom House, organización no gubernamental con sede en Washington (EEUU). Según esta organización, en el año 2007 el índice de autoritarismo era de 5,5 (sobre un máximo de 7), superior al 5 del año 2001, lo que evidencia de cierta forma el crecimiento de autoritarismo mencionado anteriormente. En el año 2012 este índice es de 6. La tendencia autoritaria va en aumento, según este organismo.

Los artículos de Anna Politkóvskaya reflejaban ese aumento de autoritarismo del régimen de Putin. La periodista lo reflejaba en ocasiones mediante la expresión “los nuestros”, similar a la empleada en la terminología mafiosa y en las organizaciones criminales. La existencia de “los nuestros” significaba, según la periodista, que el que no pertenezca a ellos serán enemigos. Estos enemigos son tanto opositores al régimen, como críticos a la política realizada por Putin o por otros librepensadores que no tienen las mismas opiniones que Putin.

Un claro ejemplo de estos enemigos es la “limpieza” que realizó Putin de posibles rivales a inicios del siglo XXI. Uno de ellos fue Borís Berezovski, empresario oligarca afín a Yeltsin, el cual participó activamente en la llegada de Putin al poder, pero que fue puesto en busca y captura por presuntos delitos fiscales en cuanto tuvo pretensiones políticas contrarias a Putin. Otro  ejemplo es el de Mijaíl Jodorkovski, principal propietario de la petrolera Yukos, que se encuentra actualmente en prisión desde el año 2003 por delitos fiscales, pero que anteriormente había realizado claras manifestaciones en contra de la política realizada por Putin. El problema no es que Putin se haya enseñado con todos los antiguos oligarcas de Yeltsin para luchar contra la corrupción, sino que se ha ido en contra de aquellos que en más de una ocasión habían manifestado públicamente su desacuerdo con las políticas presidenciales. En definitiva, el pacto no escrito es que en Rusia puedes enriquecerte usando los medios que desees, pero nunca te metas en política y, sobre todo, no critiques a Putin. En palabras de Anna  Politkóvskaya sería “o eres de los nuestros, o atente a las consecuencias”.

Uno de los aspectos más importantes del creciente autoritarismo en Rusia es la limitación de la libertad de prensa. De forma progresiva, los grandes medios de comunicación (televisiones, periódicos nacionales,…) han ido pasando a propietarios más favorables al poder, y los periodistas que trataban de investigar temas como la corrupción, la disminución de libertades en Rusia o las atrocidades cometidas en Chechenia, han encontrado grandes dificultades para efectuar su libertad de opinión, bien con amenazas o incluso con asesinatos. Desde la llegada al poder de Putin, la política en cuanto a comunicación se refiere ha sido la necesidad de disponer a su lado de todos los medios de comunicación de difusión nacional, consiguiéndolo con el tiempo. El cierre o el cambio de propiedad de algunos medios de comunicación ha convertido a muchos profesionales en simples comunicadores del régimen o en el caso de periodistas críticos, a ser periodistas itinerantes, que se han visto a ir cambiando de medios con el objetivo de buscar un lugar donde expresarse con libertad.

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Figura 2. Vladimir Putin en la ceremonia de inauguración de Vladímir Putin como Presidente de Rusia.2012. Fuente: Wikimedia Commons

La periodista Anna Politkóvskaya denunciaba que los periódicos y televisiones dan prioridad a todos las noticias que sean favorables a Putin y contrarias a los “enemigos”. Anna Politkóvskaya realizó una denuncia feroz contra los periodistas que son afines al circo que ha montado Putin, remarcando que han dejado de realizar su profesión para ser simples comunicadores de la administración presidencial. Esta situación  se producía en los medios de comunicación rusos de 2006 (año de la muerte de Anna Politkóvskaya) y que perdura en la actualidad. Esta situación se demuestra según el índice de libertad de prensa que realiza Reporteros Sin Fronteras. En el año 2.006, dicho índice era de 52,50, siendo el país número 147 de 168 países, lo que demuestra la escasa libertad de prensa que existía. En el año 2012, la situación de Rusia ha empeorado, con un índice de 66,00 y estando en la posición 142 de 179 países. Este índice es un indicador que ratifica en buena parte la situación denunciada por Politkóvskaya.

Este totalitarismo informativo de la Rusia actual hace que los periodistas que quieren ejercer su profesión con independencia se hayan convertido en parias según la periodista  Politkóvskaya. Desde la llegada al poder de Putin, hay decenas de ejemplos de periodistas que se han visto perjudicados por su posición contraria a las políticas de Putin y por sus coberturas de la guerra de Chechenia. Un ejemplo fue el de Viktor Shenderovich, que dirigía un programa de parodia política y que fue posteriormente marginado por parte de la cadena. Pero el ejemplo más claro de la creciente disminución de la libertad de prensa en Rusia son la cantidad de periodistas asesinados, todos ellos con características comunes: defensa de los derechos humanos, realización de críticas con el gobierno de Putin y coberturas informativas de la guerra de Chechenia fuera de los partes oficiales del gobierno. Algunos de estos periodistas trabajaban para el periódico Nóvaya Gazeta, destacando Igor Domnikov, Yuri Shchekochikhin, Stalisnav Markelov, Anastasia Baburova y la autora del texto comentado, Anna  Politkóvskaya. Esta última se ha convertido en el símbolo más firme de la falta de libertad de prensa y de expresión existente en la Rusia actual. Su asesinato el mismo día del cumpleaños de Putin ha hecho pensar a muchos críticos con el antiguo presidente que fue un mensaje que quería dar a otros periodistas. Aunque, tal y como en otros casos de asesinatos de periodistas, no se han hallado claros culpables de su asesinato. Una de las frases de sus artículos fue “la libertad de expresión está en las últimas, sólo confío en la información al cien por cien si la he conseguido yo misma”. Esta frase remarca las dificultades para el ejercicio de la profesión periodística en Rusia.

Al final de sus días, la periodista mostraba un malestar con sus propios compañeros de profesión. Incidió en un anquilosamiento intelectual y moral, llegando al extremo de sentirse cómodos con su situación de sometimiento a la autoridad política. Ciertamente, es un hecho que no ocurre solamente en el sector periodístico, sino que existen diversas opiniones que inciden en la indiferencia de un pueblo ruso cansado y descontento con la transición democrática de Rusia tras la caída de la Unión Soviética. Por ello, aceptan el autoritarismo de Putin a cambio de que mantenga una política que mantenga a raya los males endémicos del país: la corrupción y el excesivo poder de las regiones. De igual modo, gran parte de la población coincide con Putin en echar los males endémicos de la Rusia actual a occidente, lo que evita mayores disidencias con el hombre fuerte de Rusia.

La situación de la Rusia actual

En la actualidad, no se han producido muchas mejoras respecto la situación denunciada por la periodista Politkóvskaya antes de su muerte. Los mayores medios de comunicación siguen en manos de personas afines al régimen de Putin. Como se ha visto anteriormente, el índice de libertad de prensa realizado por Reporteros sin Fronteras se mantiene elevado, lo que indica poca libertad de prensa. Los medios contrarios al régimen sobreviven en los medios digitales o son de ámbito regional. Existen multitud de ejemplos de ataques cibernéticos (presuntamente desde gente afín al gobierno de Putin) contra foros y medios de comunicación regionales contrarios a Putin, los cuales no tienen excesivo poder para contrarrestar esos ataques. El medio que sufre mayores problemas es Nóvaya Gazeta, donde trabajaba la fallecida Politkóvskaya. Según el subdirector Sergey Sokolov, son frecuentes las amenazas de muerte contra ellos y algún incidente vía Internet que ha llegado a bloquearles la página web.

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Figura 3. Protesta en Moscú contra el gobierno de Putin en año 2012. Fuente: Wikimedia Commons

En las elecciones legislativas del 4 de diciembre de 2011, varias páginas opositoras a Putin se vieron afectadas por ciberataques, con una finalidad claramente de silenciar su opinión. Pero estos medios contrarios al régimen van llegando cada vez más a la opinión pública. Putin ha perdido mucha popularidad entre la población, llegando al extremo de ser abucheado en un acto deportivo de finales de 2011, ante la incredulidad de los presentes. Tras las elecciones presidenciales rusas de 2012 se han vivido varias situaciones de protesta y manifestaciones, sobre todo tras el juicio a 3 miembros del grupo de punk Pussy Riot. No obstante, a pesar de todas estas manifestaciones de descontento y oposición, Putin sigue siendo el presidente de Rusia. Es de esperar que siga al menos durante el mandato de seis años, a pesar de los rumores sobre su salud, con lo que las perspectivas de mejora en la libertad de expresión y de prensa son desalentadoras.

Conclusión

El interés en conocer los textos de Anna Politkóvskaya reside en la claridad de la información dada por la periodista y por la fiabilidad de sus artículos. Anna Politkóvskaya fue una de las voces más críticas con el gobierno de Putin y con la forma de actuar del ejército ruso durante la guerra de Chechenia. Esa forma de ejercer su profesión y su defensa de los derechos humanos fue la que provocó su posterior asesinato. Muerta, se ha convertido en una referencia obligada a la hora de explicar la situación en Rusia y es una personalidad mundialmente reconocida. Paradójicamente, su asesinato no ha contribuido a silenciar sus palabras, sino a multiplicarlas. Una prueba de su interés es que todavía se siguen realizando recopilaciones de sus artículos en libros traducidos a diversos idiomas. Sus artículos servirán en un futuro como referente para el estudio de la guerra de Chechenia de inicios del siglo XXI y para valorar el gobierno de Putin en la Rusia posterior a la caída de la URSS.

Bibliografía

Avilés, Juan. Historia del mundo actual: de la caída del Muro a la gran recesión. Ed. Síntesis.

Politkóvskaya, Anna. La Rusia de Putin. 2005. Ed. Debate

Bibliografía para ampliar conocimientos

Politkóvskaya, Anna. Terror en Chechenia. 2003. Ed. Emecé/Bronce

Politkóvskaya, Anna. Solo la verdad: Antología fundamental. 2011. Ed. Debate

Taibo Aria, Carlos. Rusia en la era de Putin. 2012. Ed. Los Libros de La Catarata

Gessen, Masha. El hombre sin rostro: El sorprendente ascenso de Vladimir Putin.
2012. Ed. Debate

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Jose Palanca

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