¿Qué es la Belle Époque? La Belle Époque fue el nombre que se dio un periodo de expansión del desarrollo, mejora de las condiciones de vida y creciente integración de la economía internacional. Este periodo fue el que transcurrió entre 1871, tras la guerra franco-prusiana y 1914, el inicio de la Primera Guerra Mundial. Ese periodo se vio como un momento de paz en Europa, aunque realmente no fue tal, ya que existían conflictos a causa del imperialismo colonial.
La expansión industrial y económica en la Belle Époque
Durante la Belle Époque hubo un avance significativo de la industrialización. En este artículo analizaremos los principales países que existían en aquella época. Podrás conocer de forma resumida la situación industrial y económica de Gran Bretaña, Bélgica, Suiza, Francia, Alemania, Suecia, Estados Unidos, Japón y los países del sur de Europa.
En resumen, el desarrollo industrial trajo consigo mejora del nivel de vida de la población. No solo en el campo, sino también en las grandes ciudades, en las cuales mejoraron las condiciones de vida. Estas mejoras se complementaron con los progresos en la medicina, donde destacan las vacunas y las mejoras de higiene en hospitales. En general, la vida de los europeos mejoró, lo que confirma la “belleza” de aquella época.
Gran Bretaña
Gran Bretaña fue la primera potencia en industrializarse, pero a partir de 1871 otros países avanzarán significativamente en el proceso de industrialización y en la aplicación de las nuevas tecnologías que se fueron descubriendo, principalmente las derivadas de la industria petrolífera. La industrialización llegó a diversos países, casi todos ellos europeos excepto Japón y EEUU.
Bélgica
La industrialización de Bélgica llevó ventajas gracias a su cercanía a las islas británicas, a las buenas condiciones del transporte y a su cercanía a zonas con fuerte minería de carbón y hierro, así como también gracias al sector financiero apoyado por el estado.
Suiza
Suiza fue otro país que se industrializó; sus mayores ventajas eran la de ser encrucijada comercial, sus abundantes recursos hídricos y el alto nivel educativo de sus ciudadanos. Suiza renunció al proteccionismo, y junto a la mano de obra altamente productiva y barata supo desarrollar diversos sectores, como la industria relojera, la industria alimentaria o el sector bancario, que ayudó a su desarrollo económico.
Francia
Habría que incidir en el tardío desarrollo industrial de Francia provocado por inestabilidades políticas, factores geográficos y excesivo peso del sector agrícola, entre otros. A pesar de los avances en materia política y legal surgidos de la revolución francesa y de sus años posteriores, Francia solamente consiguió despegar a finales de siglo.
Alemania
Alemania fue otro país en el que la industrialización llegó más tarde, pero cuando llegó lo hizo con enorme fuerza. Antes de su unificación en 1871 se había creado el Zollverein, la Unión Aduanera Alemana, que junto al incremento de la red de transportes (ferrocarril sobre todo) consiguió un alto grado de integración que facilitó su posterior unificación.
Tras su unificación, la política alemana hizo posible el desarrollo industrial, ayudado por el predominio de la industria pesada, la creación de grandes unidades industriales, la fuerte interconexión banca-industria y el alto grado de proteccionismo.
Suecia
El otro país europeo que se industrializó durante el siglo XIX fue Suecia, gracias a su política librecambista, a su alto grado de alfabetización y a sus recursos naturales, como madera y hierro.
Estados Unidos
Fuera de Europa, en EEUU el desarrollo económico y la industrialización tuvo dos factores fundamentales: tierra y trabajo. La gran abundancia de recursos, la política de economía de frontera y el enorme flujo migratorio permitió el desarrollo industrial, a pesar de algunos conflictos como la Guerra de Secesión. EEUU fue el pionero de la segunda revolución industrial, gracias al desarrollo de la industria petrolífera y de la eléctrica.
Japón
Japón fue el primer país asiático que se industrializó. Al iniciarse la Era Meiji, Japón se transformó, pasando de un sistema feudal a un país industrializado. Su enorme crecimiento, su enorme productividad y el apoyo estatal hizo que Japón se convirtiera en la gran potencia asiática, tanto en lo económico como en lo militar. Posteriormente, todos estos países fueron acompañados por varios miembros del Imperio Británico, como Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
El Sur de Europa
Los países del sur de Europa se quedaron estancados. Portugal, España, Italia y Grecia perdieron la carrera de la industrialización y el avance económico. Solamente en algunas regiones de estos países, como el País Vasco y Cataluña en España o el valle del Po en Italia eran regiones donde llegó la industrialización. Por otro lado, Grecia aún estaba en un proceso de consolidación de país frente al imperio otomano, que se encontraba en decadencia.
Sombras en la Belle Époque
Aunque también hubieron sombras en la Belle Époque. La grave derrota de Francia contra Prusia en 1870 provocó una revuelta en París con el nombre de Comuna. Ésta, aunque fracasó, se convirtió en el modelo de Estado revolucionario para los marxistas y para los bolcheviques rusos.
Por otro lado, Alemania utilizaría el dinero de la reparación francesa de la guerra franco-prusiana de 1870 para fundar el Banco Imperial y emitir una nueva moneda, el marco.
La depresión económica de 1873
Y a partir de 1873 comenzó un largo periodo de baja de precios internacionales que para muchos revestiría caracteres de “La Gran depresión”. Aunque hay autores, como Gabriel Tortella, que no están de acuerdo con esta expresión de gran depresión, por lo que se define como crisis finisecular, caracterizada principalmente por una crisis agraria. Por contra, los precios industriales bajaron, pero no provocó una crisis industrial.
Para Tortella, realmente no hubo “gran de presión”, sino gran expansión, mejora de los niveles de vida y mejora de salarios reales gracias a la bajada de precios.
Proteccionismo e imperialismo
Para soleventar la crisis económica los gobiernos emplearon medidas proteccionistas. Esto, para el economista Tortella, elevó precios y acabó con la crisis. Pero toda esta crisis de fin de siglo tuvo consecuencias. Las más destacadas fueron una exacerbación del nacionalismo y el imperialismo. Factores que llevarían, entre otras cosas, a Europa y al resto del mundo hacia la Primera Guerra Mundial.
Estos nacionalismos europeos habrían tenido un trasfondo económico basado para disminuir la competencia y justificar el proteccionismo frente a terceros. Por otro lado, el imperialismo fue consecuencia de los deseos de expansión comercial de las potencias europeas y por razones de prestigio y estrategia.
Avances democráticos en la Belle Époque
También hubieron avances en el ámbito democrático. Por un lado estuvieron las lentas mejoras en las condiciones del trabajo. En el plano político, aunque implantándose de forma lenta, destaca el sufragio universal, primero masculino y posteriormente femenino. Esta bella época es el primer ensayo pacífico de integración internacional, que desde un punto de vista económico constituye un gran éxito, pero que desde el punto de vista político es un fracaso, ya que las tensiones, el nacionalismo y el proteccionismo trajo consigo una cruenta guerra en 1914.
La Belle Époque también se reflejó en otros campos de la actividad humana. Puedo destacar la existencia de las Exposiciones Universales, como la de París de 1900, los primeros Juegos Olímpicos modernos en Atenas en 1896, la expansión del ocio y de los deportes, como el ciclismo o el fútbol, un gran desarrollo en el arte y en la literatura, con el nacimiento de personajes como Sherlock Holmes, grandes descubrimientos científicos, que conducirían hacia el nacimiento de la mecánica cuántica y la teoría de la relatividad, etc. En definitiva, que la expansión económica y el periodo de paz existente facilitó el desarrollo en otros ámbitos de la sociedad.
Bibliografía
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Artola. M. 2005. Contemporánea: La historia desde 1776 . Madrid. Alianza.
Tortella, Gabriel. Los orígenes del siglo XXI. Un ensayo de historia social y económica contemporánea. Gadir Editorial, SL. Madrid. 2005
Literatura en el tiempo de la Belle Époque
Conan Doyle, Arthur. Todo Sherlock Holmes. Ed. Cátedra. 2012
Stevenson, Robert Louis. El extraño caso del doctor Jekyll y Mister Hyde. Austral. 2015
Proust, Marcel. En busca del tiempo perdido. Por el camino de Swann. Alianza. 2011
La Belle Époque por La Crisis de la Historia se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
Jose Palanca
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