La financiación de Carlos I

La empresa imperial de Carlos I significó para los reinos hispánicos una fuerte presión fiscal con el objetivo de recaudar dinero. A pesar de tener unos ingresos ordinarios a partir de la fiscalidad, el apoyo financiero de la banca europea jugó un papel fundamental en la consecución de la empresa imperial e influyó en el devenir de la política europea del emperador Carlos.

La financiación de Carlos I

Para sufragar los enormes gastos del emperador Carlos, sobre todo en guerras contra los franceses y contra los luteranos, Carlos obtuvo el dinero de distintas fuentes:

  • Ingresos a través de la fiscalidad de sus posesiones peninsulares. Castilla era la base financiera de la política de Carlos V, como él mismo explicaría en las Cortes de Castilla de 1523. Ocasionalmente las Cortes de Aragón, Cataluña y Valencia le otorgaban modestos subsidios, pero sus posibilidades eran limitadas.

  • Los Países Bajos, con su comercio, su poder naval y su industria eran una fuente importante de riqueza. El proceso centralizador de Carlos V le permitió acceder a la riqueza de los Países Bajos más eficazmente que en Aragón. Así pues, explotó los recursos financieros de sus súbditos de los Países Bajos españoles hasta que ya no les fue posible pagar más.

  • También podía recurrir a los mercados financieros, donde entraban en liza los banqueros. Principalmente existieron dos familias de banqueros que financiaron al emperador: los Függer y los Welser, ambos alemanes. Los Függer prestaron 500.000 florines para aupar a Carlos como emperador, que debían recuperar con las rentas del maestrazgo de las Órdenes Militares y la explotación de las minas de mercurio de Almadén y la plata de Guadalcanal. Por su parte, los Welser prestaron el dinero a cambio de la explotación de la costa de Venezuela.

  • Los ingresos procedentes de las Indias: ingresos de impuestos, monopolios comerciales, tributos de los indios o el quinto real, que era un porcentaje que correspondía a la corona de todas las extracciones de metales.

  • Finalmente, también obtuvo fuertes sumas de dinero por parte de Enrique VIII o Portugal, en sus alianzas en contra de Francisco I de Francia o en sus políticas matrimoniales.

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Figura 1. Sevilla en el siglo XVI, sede de la Casa de Contratación y llegada de tesoros desde las Indias . Autor: Alonso Sánchez Coello. 1576-1600. Museo de América de Madrid. Fuente: Wikimedia Commons

Los asentistas

A pesar de toda la complejidad del sistema fiscal existente en el reino, la Corona dependía fundamentalmente de capitalistas privados para disponer de sus ingresos. El arrendamiento de impuestos era práctica general. Para conseguir dinero el monarca estipuló un contrato o asiento en virtud de lo cual los asentistas se comprometían a colocar determinadas sumas a la disposición del soberano en lugar y fechas determinados. A cambio, el monarca se obligaba al pago de una cantidad , donde se camuflaban los intereses, estipulando frecuentemente la renta concreta con cargo a la cual se satisfacía la deuda. Los asentistas no eran en sentido estricto financieros, sino grandes hombres de negocio internacionales. Lo hacían usando el sistema de letras de cambio.

En principio, los que aportaban la financiación de Carlos V eran los principales comerciantes de su país. Destacaron el grupo de comerciantes de Burgos y los banqueros de Sevilla, pero como se ha comentado en el apartado anterior, los grandes financieros de Carlos V fueron las dinastías mercantiles del sur de Alemania, encabezada por los Függer. Eran por sí mismos potencias económicas que podían movilizar crédito en el mercado de Amberes, ciudad de enorme importancia en los ámbitos mercantil y financiero. Los Függer y los Welser aprovecharon las circunstancias para llegar a América, aunque no llegaron a arraigar allí.

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Figura 2. Jakob Függer, en una pintura de Alberto Durero. Los Függer prestaron 544.000 florines a Carlos I antes de la elección imperial. Autor: Alberto Durero. 1518. Fuente: Wikimedia Commons

Llegó a ser tan dependiente la relación entre el emperador y los banqueros que la decadencia política del emperador coincidió con la casa de los Függer. Aunque con el declive de los alemanes los banqueros genoveses aparecieron, como los Grimaldi, los Spinola o los Bonvisi. A finales del reinado de Carlos V habían suplantado ampliamente a sus colegas alemanes, aunque éstos mantuvieron los arrendamientos privilegiados de que gozaban.

Los ingresos por vía impositiva

Para subsanar los problemas financieros, además de pedir dinero en los sistemas financieros, puso a Castilla como centro del motor de ingresos por vía impositivas. Para controlar estos ingresos se decidió crear un nuevo consejo, el Consejo de Hacienda, que supervisaría y controlaría todos los ingresos y gastos, además de preparar un presupuesto anual. El nuevo Consejo, creado en 1525, sería similar al existente en los Países Bajos.

La mayor parte de los ingresos ordinarios con las que contaba el Consejo d Hacienda procedía de la alcabala, un impuesto sobre las ventas que en ese periodo se convirtió en una cuota fija que pagaba cada ciudad, villa o aldea. Estos ingresos, complementados con los procedentes de las órdenes militares y los subsidios de las Cortes, aumentaron un 50 % durante el reinado de Carlos I, pese a lo cual quedaban por debajo de los gastos ordinarios, por lo que Carlos I tenía que recurrir a esa financiación o a buscar unos ingresos extraordinarios.

Los juros

También dispuso Carlos I de los juros, que no eran otra cosa sino venta de títulos de la deuda. Los compradores de los juros obtenían el compromiso de la Corona de pagar una tasa de interés específica. Este tipo de transacciones bancarias presentaba ventajas para el emperador, porque los banqueros no sólo prestaban dinero, sino que también lo transferían al exterior. Estas transferencias de créditos y su pago (en Alemania, Italia o Países Bajos) eran seguras y rápidas. Pero los problemas de los juros empezaron cuando las prácticas se generalizaron más allá de los recursos reales de la Corona.

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Figura 3. La familia Welser en Venezuela. Consiguieron explotaciones allí a cambio de préstamos a Carlos I . Autor: Hieronymus Köler. 1560. Fuente: WIkimedia Commons

Conclusión

Las condiciones de los préstamos otorgados al monarca fueron empeorando a lo largo de los años. Los ingresos ordinarios no eran suficientes y el emperador tenía que recurrir a los banqueros, a los que cada vez era más difícil conseguir su devolución, por lo que aumentaban los intereses, llegando incluso en torno al 40 %. La espiral de préstamos de los últimos años del emperador culminaron con la suspensión de pagos de 1557. La deuda se había disparado y al final del reinado llegaría a ser enorme. Esta situación financiera se reflejaría en la política exterior del emperador, que en muchas ocasiones no pudo acometer las empresas que el quiso. Su política imperial no había obtenido los resultados que él quería, teniendo un imperio dividido religiosamente y una deuda financiera que condicionaría la política de los Austrias en la segunda mitad del siglo XVI y durante todo el siglo XVII.

Bibliografía

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Y no olvides que en la entrada Libros sobre Carlos V hice una breve reseña sobre las biografías más interesantes de Carlos V.

Fernández Álvarez, M. Carlos V. Un hombre para Europa. Editorial Austrial. 2010

Floristán, A. Historia Moderna Universal. Editorial Ariel. Barcelona. 2010

Floristán, A. Historia de España en la Edad Moderna. Editorial Ariel. Barcelona. 2011.

Lynch, J. Los Austrias (1516-1700) . Editorial Crítica. 2000

Ribot García, L. Historia del mundo moderno. Actas. Madrid. 2009

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Jose Palanca

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