Las parias fueron un sistema tributario de época medieval por la que los reinos de taifas musulmanes de la península Ibérica del siglo XI abonaban de forma anual una determinada cantidad de dinero en concepto de parias a cambio de erigirse en una especie de protectorado a través del cual la taifa musulmana se aseguraba la benevolencia, la neutralidad y la protección del reino cristiano al cual pagaba dicha paria. Es decir, las parias eran un impuesto económico, un tributo.
Origen de las parias
Las parias no fueron un descubrimiento del siglo XI, pero la novedad la constituyó que entonces los cristianos tomaban bajo su tutela a los musulmanes, en contraste con los siglos anteriores, en los cuales los reinos musulmanes de la península Ibérica habían sido los dominadores. Gracias al estudio de este tributo se puede observar como a partir del siglo XI, ya durante la Plena Edad Media, hubo un cambio de tendencia en la dominación de la Península Ibérica, cada vez más con el predomino de los reinos cristianos.
El sistema de parias había tenido antecedentes cercanos: a inicios del siglo XI, el conde Castilla Sancho García había colaborado en la entronización de al-Mustain en el califato omeya de Córdoba y solicitó a cambio de su ayuda militar la promesa de recibir fortalezas en el área del Duero.
Otro antecedente fue con Muhammad II y los condes catalanes Ramón Borrell y Armengol de Urgell. Accediendo a ayudar al destronado Muhammad (que había perdido el califato de Córdoba) los condes catalanes recibirían a cambio oro.
Pero en estos antecedentes lo que se había producido eran más alianzas que imposiciones de tributos. Realmente, cuando tendrá lugar la imposición del tributo de las parias será con la llegada de los reinos de taifas a partir del año 1031, cuando desaparecerá de forma formal el califato de Córdoba.
Características generales del tributo de las parias
El sistema de parias era una imposición de tributos debido a una superioridad militar de los reinos cristianos de la península Ibérica. En contra de lo sucedido en siglos anteriores, ya no era una alianza entre un reino cristiano y un reino musulmán, sino una imposición del reino cristiano sobre la taifa musulmana.
El sistema de parias fue inestable pues era una consecuencia de la circunstancial superioridad militar cristiana, pero también por la imposibilidad de los reinos cristianos de conquistar y someter a la España islámica.
Todo esto queda reflejado en un pasaje de las Memorias de Abd Allah. En estas memorias se dice que Alfonso VI de León se veía incapaz de conquistar al-Andalus, pero estaba convencido de la utilidad del sistema de parias para debilitar a los reinos de taifas, tanto para asfixiares económicamente, como para provocar conflictos internos por la subida de impuestas para pagar las parias y para enfrentar a los príncipes musulmanes unos contra otros.
No se sabe muy bien las cuantías abonadas ni la regularidad de pagos, pues hubo épocas en las que los reyes musulmanes se sintieron seguros como para negarse a pagarlas. En todo caso, se produjo con más o menos regularidad una afluencia de metal amonedado desde al-Andalus a los reinos cristianos del Norte peninsular, donde se emplearon de formas muy diversas, como se comentará posteriormente.
El pago de las parias se realizaban generalmente con moneda de oro, pudiendo ser acompañada de otros metales preciosos como plata u objetos o materiales de lujo como marfil o seda, que eran difíciles de conseguir en los reinos cristianos de la península Ibérica.
Consecuencias
¿Qué consecuencias llevó las parias para los reinos de la península Ibérica, donde después nacerían los estados de España y Portugal?¿Para qué se emplearon? Por ejemplo, las parias sirvieron en los reinos cristianos para reparar o construir fortalezas, adquirir derechos soberanos como hizo Ramón Berenguer I en 1057 o para hacer donaciones a instituciones religiosas. También pudo servir para la construcción de iglesias románicas, especialmente en las ciudades y villas del Camino de Santiago. Parte del metal obtenido se reutilizó también para acuñaciones de monedas propias, como las de Sancho III el Mayor de Navarra.
Para las taifas, el metal entregado sirvió para consolidar en cierta medida la autoridad de los príncipes. La disponibilidad de dinero les permite mantener su poder sin tener que recurrir para ello necesariamente a la entrega de territorios o distritos, restándolos así autoridad y disminuyendo sus posesiones.
Castilla: beneficiario de las parias
El máximo beneficiado del tributo de las parias fue el reino de Castilla. Llegó con un cierto retraso respecto a otros reinos al reparto de parias, pero desde la llegada del rey Fernando I (1035-1065) se realizaron numerosas expediciones contra las taifas de Zaragoza y Toledo. Estas taifas, para garantizar su supervivencia y resolver sus problemas internos y externos, pagaban las taifas al reino de Castilla. La importancia de las parias para Castilla fue tal, que Fernando I legó en su testamento el cobro de las parias entre sus hijos al mismo tiempo que les legaba territorios de gobierno. El cobro de estas parias por parte de Castilla beneficiaría económicamente a este reino y pudo ser un factor relevante para el auge de Castilla frente a los otros reinos cristianos de la península Ibérica.
El fin de las parias
El sistema de parias finalizó con la invasión almorávide de finales del siglo XI, que supuso el fin de los reinos de taifas y un cierto reequilibrio entre la Hispania musulmana y la Hispania cristiana durante la Edad Media. El fin del pago de parias afectó de gran manera a los reinos cristianos del Norte, que vieron como se agotaba una fuente de ingresos que había sido importante en décadas anteriores.
Posteriormente, con la conquista de los territorios musulmanes por parte de los reinos cristianos entre los siglos XI y XIII este tributo irá desapareciendo. No obstante, no lo hizo del todo, puesto que las parias aún se mantendrían de cierta forma entre los reinos de Castilla y de Granada, ya que este último era formalmente vasallo del anterior, reconociendo su superioridad, teniendo que abonar de forma anual las parias desde el año 1246. Finalmente, en 1492, con la conquista del reino de Granada por Castilla, desaparecerán estos tributos en la península Ibérica.
Bibliografía
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Los libros consultados han sido:
ÁLVAREZ PALENZUELA, V.A. (coord.) 2011. Historia de España de la Edad Media. Ed Ariel. Barcelona.
GUICHARD, P;2000. Al-Andalus 711-1492. París. Hachette.
IRADIEL, P.; MORETA, S.; SARASA, E. 2009. Historia medieval de la España cristiana. Madrid. Cátedra.
Jose Palanca
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Buenas Tardes José
Me encantó mucho tu artículo. Nunca había conocido este capítulo en la historia de España. Sin embargo, es muy interesante que lo haya leído porque el dominio musulmán estaba presente en España desde el año 711, con la muerte del último rey visigodo Rodrigo. Cabe resaltar que de alguna manera el Reino de Castilla y león fue el más importante beneficiario de este sistema de tributo económico a los taifas musulmanes, especialmente de Granada.
El antiguo Reino de Castilla tuvo grandes reyes que la gobernaron. Aparte del mencionado Fernando I, también están Alfonso X El Sabio e Isabel I de Castilla.
Me gustaría que sigas publicando artículos sobre la Historia de España, especialmente de Castilla, ya que me apasiona saber más de ella, y de uno de sus grandes reyes como Alfonso X.
Sigue así y puedes seguir enviándome artículos. Más adelante te propondré publicar otros de los cuales tengo conocimiento.
Muchos saludos,
Juan
Muchas gracias por el comentario. Y perdón por la tardanza en contestar. Entre que estaba redactando nuevos artículos y que tenía escaso tiempo he tardado en responder.
La historia de la Edad Media en la Península Ibérica es muy interesante. No solo por Castilla, sino también por otros reinos como los de Navarra o Aragón, así como la «España islámica». En un futuro quiero hacer una revista hablando de alguno de estos temas, posiblemente de los Reyes Católicos, que gobernaron a caballo entre finales de la Edad Media y la Edad Moderna.
Un saludo.
Jose