¿Cómo era la organización social del Neolítico? ¿Cómo fue la sociedad del Neolítico? Una compleja pregunta sin fácil respuesta. Por ello contestaré esta pregunta analizando el Neolítico en Próximo Oriente. Durante este período de la prehistoria, la organización social de los grupos humanos sufrirá un profundo cambio en el Neolítico. De ser grupos pocos numerosos agrupados en bandas nómadas y con base económica cazadora-recolectora, al final del período, en apenas siete milenios, el ser humano estará a punto de crear las primeras civilizaciones históricas.
¿Cómo se produjo este cambio en la sociedad y cómo podemos deducirlo? En este apartado se intentará explicar a partir del análisis del hábitat, de los ritos funerarios y otros aspectos como la cultura material.
La organización social del Neolítico en sus inicios: el Neolítico Precerámico A (PPNA)
Al inicio del Neolítico, en el PPNA, distintas evidencias arqueológicas nos indican que la sociedad era de tipo tribal, de tamaño familiar escasamente diferenciada y con una economía colaborativa.
Estas evidencias se observan sobre todo en los hábitats, con construcciones circulares de escaso tamaño. Estas construcciones eran generalmente casas circulares, de una sola cámara, agrupadas en pequeñas aldeas como Jericó y Mureybet en las que convivían un reducido grupo de familias poblados pequeños. Aunque también existieron obras comunitarias, como la muralla de Jericó.
La diferenciación social, a partir del análisis de los enterramientos de estas comunidades, sería débil. Apenas habría, por tanto, diferencias sociales, con una distribución de recursos equitativa y probablemente inexistencia de propiedad privada. En este tipo de sociedad la jerarquía solo habría sido de tipo familiar.
El Neolítico Precerámico B: hacia otro tipo de sociedad
Con la consolidación de la vida sedentaria y la progresiva adopción de la economía propiamente neolítica esta sociedad fue cambiando. Al aumentar la población, adoptar la agricultura y la ganadería y acumular excedentes, la sociedad cambió tanto en sus relaciones internas como con su entorno. En el PPNB encontramos poblados más grandes y hábitats con trazados rectilíneos y espacios internos diferenciados.
En esta fase las casas ya no son circulares, sino rectangulares con diversas habitaciones en su interior con funciones tanto sociales como económicas, que indican no solo la existencia de unidades de producción familiares, sino una progresiva individualización de la sociedad.
Estas casas del Neolítico Precerámico B de Próximo Oriente tampoco aparecen semiexcavadas, por lo que se elimina la delimitación de la unidad familiar, pudiéndola ampliar. En este momento nacería dentro de la sociedad el concepto de propiedad privada y se iría reduciendo la vida comunal, siendo la base social y económica la unidad productiva familiar, que viviría en los hábitats anteriormente mencionados.
Surgimiento del concepto de “propiedad privada”
El concepto de propiedad privada podría interpretarse a través de los ritos funerarios como “el culto a los cráneos”. Este rito pudo ser un culto a los ancestros en el cual se legitimaría una propiedad por ser herencia de un linaje familiar. Para saber más sobre la religión del Neolítico entra en este enlace.
A partir de otros estudios como los de Pilar Pardo también se puede llegar una conclusión similar a partir del análisis espacial de las molederas del PPNB en Próximo Oriente. En el PPNB Antiguo estas molederas se hallarían en cocinas y almacenes situados en una zona frontera entre el espacio comunal y familiar. De ahí deduce que esta localización posibilitaría los contactos sociales entre las distintas familias nucleares de la aldea.
Pero en el PPNB final estas molederas estaban dentro del espacio familiar de la vivienda, significando la privatización de las comidas, el almacenamiento individual por cada unidad familiar y una mayor individualización económica y social. En definitiva, había nacido un concepto de propiedad privada vinculada al ámbito de la unidad familiar.
¿El inicio de las desigualdades sociales?
¿Todo lo anterior indicaría el inicio de las desigualdades sociales en el Neolítico Precerámico B? Para Kuijt, las edificaciones del PPNB y las prácticas mortuorias como el culto a los cráneos de la región levantina, que diferencian a unos individuos respecto otros, evidencia una posible emergencia de desigualdades sociales. Sin embargo, el mismo autor matiza esta cuestión, ya que esta desigualdad «no significaría la existencia de una sociedad jerarquizada o de élites, sino esta diferenciación derivaría de una mayor autoridad dentro de la unidad productiva familiar o de la existencia de líderes naturales dentro de la comunidad de la aldea» (Kuijt, 2000:314).
Esta mezcla de elementos de diferenciación social e igualitarismo sería propia de estas pequeñas comunidades agrícolas. Por tanto, habría una coexistencia de igualitarismo en la comunidad y una jerarquía a pequeña escala.
Testart analiza también estas desigualdades sociales, vinculándolas con el almacenamiento de excedentes, el sedentarismo y la acumulación de bienes. Las unidades productivas familiares con mayor excedente habrían podido realizar intercambios de forma más regular, adquiriendo así bienes de prestigio y empezando a crear diferencias sociales en la comunidad.
A partir de los estudios de Pilar Pardo y sobre el nacimiento de la propiedad privada también se puede interpretar la existencia de desiguales. En definitiva, dependiendo de la producción y del almacenamiento de excedentes por parte de la unidad familiar, se podrían haber producido desigualdades sociales en base a la mayor o menor posesión de alimentos u otros bienes. Es decir, una familia podía ser más “rica” que otra.
¿Era esa desigualdad significativa?
No obstante, pese a todo lo comentado en los párrafos anteriores, en la sociedad del Neolítico Precerámico B esta desigualdad social aún no parece significativa. Esto indicaría una ausencia de jerarquía social y de liderazgos significativos. La regulación de la sociedad vendría dada por códigos no escritos, costumbres y hábitos y las disputas económicas y sociales se resolverían en la comunidad, posiblemente con representantes de las unidades productivas familiares.
En definitiva, existían desigualdades, pero aún no eran lo suficientemente importantes para que se produjera un gran cambio político y social dentro de la comunidad.
También hay que añadir que dentro de la sociedad del Neolítico se pudo producir el nacimiento del patriarcado. Si quieres saber más sobre el origen del patriarcado, puedes entrar en este artículo.
La sociedad del Neolítico Cerámico: hacia las primeras civilizaciones
En el Neolítico Cerámico las comunidades del Próximo Oriente se volverán más complejas debido a diversos factores, como el crecimiento demográfico y la agrupación en poblados de mayor tamaño.
En el Neolítico Cerámico A aparecerán las primeras sociedades jerarquizadas de Próximo Oriente, en la que la unidad productiva básica ya no sería la familia. Es decir, hay una mayor especialización y diversificación económica, sistemas económicos redistributivos y mayor número de obras comunitarias de mayor envergadura. En el PNA ya tenemos indicios de estas características, como las marcas de ceramistas en la cultura de Halaf, obras defensivas como las de Tell-es-Swan y grandes obras de irrigación como las de Choga Mami.
Sin embargo, en el Neolítico Cerámico B, esta jerarquización de la sociedad se hará evidente, con el surgimiento de la metalurgia en la región, con la aparición de templos religiosos como los de Eridu y con la existencia de ajuares diferenciados.
En el hábitat se refleja este cambio en la sociedad del Neolítico por una mayor complejidad de las construcciones. Algunas de estas construcciones evidencian un trabajo de especialistas de la construcción. El cambio también se observa por la aparición de los primeros edificios con una función de templo, como los hallados en Eridu a inicios del PNB en la primera mitad del V milenio a.C.
En estas comunidades el trabajo comunitario era evidente e importante, como las obras de irrigación de Choga Mami en el PNA o las fortificaciones e Tell-es-Sawwan, ambos yacimientos de la cultura de Samarra en el VI milenio a.C, en el PNA.
En la fase final del Neolítico Cerámico de Próximo Oriente destacó la cultura de el Ubaid. Esta cultura dará paso posteriormente a las primeras ciudades-estado, como Uruk que tendrán una sociedad estatal y donde se iniciará la escritura. Entramos ya en época histórica.
La creación de identidades colectivas
El antropólogo Elman R. Service llamará a este tipo de sociedad, “sociedad de jefaturas” (Redman, 1990:261-263), indicando que su organización se basaría en sistemas sociales jerárquicos, con existencia de posiciones de estatus privilegiados a los que accedían pocas personas, aunque estos “jefes” no tendrían todavía un control pleno de los recursos ni un poder formal. La unión de esta sociedad ya no era por lazos familiares, sino que se conseguía por existencia de una serie de mecanismos sociales que crearán una identidad colectiva.
Para Redman estos mecanismos de creación de identidad colectiva eran la guerra organizada, la religión y la propiedad privada:
- La guerra organizada llevaba a estrategias defensivas comunes y a organización de ofensivas.
- La religión llevaba a prácticas comunes que cohesionaban la sociedad.
- La propiedad privada hizo que se luchara por aquello que había llevado tanto esfuerzo y trabajo obtener.
Así se llegó a lo que Charles L. Redman llamó poblaciones agrícolas avanzadas.
Además, según Harari también fue importante la creación de mitos comunes que crearan una sensación de pertenencia al grupo. Estas sociedades jerarquizadas se transformarán en sociedades estratificadas al final del Neolítico, en el IV milenio a.C, dando paso después a las primeras ciudades-estado.
La sociedad del Neolítico: la primera sociedad “esclava” del trabajo
Finalmente, tras todo lo anterior, se podría interpretar que surgirían conflictos entre familias por causas alimentarias o económicas y a causa de la desigualdad por la mayor o menor acumulación de excedentes.
Esta necesidad familiar de conseguir una mayor cantidad de excedentes también trajo consecuencias demográficas. Con la vida sedentaria y la necesidad de mano de obra para los trabajos agrícolas y ganaderos, aumentó el número de hijos por mujer. A pesar del incremento de la mortalidad infantil la población creció y se entró en una espiral de generación de más recursos para poder alimentar a la creciente población.
En el ámbito familiar este crecimiento tuvo consecuencias. A mayor trabajo mayores obligaciones y privaciones. Para algún autor, como Harari, esta sociedad sedentaria del Neolítico pasará a ser la primera esclava del trabajo. Una opinión interesante. ¿Qué opinas tú? Puedes dejar tu comentario en la sección de comentarios.
[anuncio_b30 id=9]Conclusión
Para saber cómo era la sociedad del Neolítico me he remitido a analizar el Próximo Oriente. Aquí has podido comprobar cómo la sociedad cambió a lo largo de este período de la historia. En resumen, de una sociedad tribal y familiar se pasa a una sociedad jerarquizada que dará paso a las primeras civilizaciones históricas en el IV milenio a.C.
Además, en el Neolítico se pudo producir el inicio de las desigualdades sociales, siempre matizando esta cuestión difícil de comprobar. Y también pudo ser el origen del patriarcado, cuestión que analizo en este artículo.
En definitiva, la organización social del Neolítico es un tema complejo, sujeto a debate y cuya interpretación siempre puede cambiar con nuevos hallazgos y estudios.
Libros sobre el Neolítico
Si tienes más ganas de saber sobre el Neolítico pásate por el artículo Libros sobre el Neolítico. Así conocerás mejor la bibliografía empleada y para conocer mejor los mejores libros para estudiar este período.
Bibliografía
Aurenche, O. y Kozlowski, S.K. 2003. «El origen del neolítico en el Próximo oriente. El paraíso perdido». Ariel Prehistoria. Barcelona.
Bernabeu, J., Aura, J.E., Badal, E. 1995. «Al oeste del edén. Las primeras sociedades agrícolas en la Europa mediterránea». Síntesis. Madrid.
Eiroa, J.J. 2003. «Nociones de prehistoria general». Ariel historia. Madrid.
Fernández Martínez, Víctor M. 2007. «Prehistoria: el largo camino de la humanidad». Alianza. Madrid
Harari, Y.N., 2014. «De animales a dioses. Breve historia de la humanidad». Debate. Madrid.
Kuijt, I. (ed.). 2000. «Life in Neolithic Farming Communities: Social Organization, Identity, and Differentation». Kluwer Academic Publishers. New York.
Liverani, M. 1991. «El antiguo oriente. Historia, sociedad y economía». Crítica. Barcelona.
Müller, J, Arponen V., Hofmann, R., Ohlrau,R. 2015. «The appearance of social inequalities: cases of neolithic and chalcolitic societies». En Origini XXXVIII 2015-2: 65-85
Redman, C. 1990 «Los orígenes de la civilización. Desde los primeros agricultores hasta la sociedad urbana en próximo oriente». Crítica. Barcelona.
Service, E.R. 1984. “Los orígenes del estado y de la civilización: el proceso de la evolución cultural” Alianza Editorial. Madrid.
Silvester, A.C. 2016. «The social, economic and ideological changes that accompanied the establishment of village life in the Levant during the Pre-Pottery Neolithic B Period». En The Journal of the Flinders Archaeological Society 2016(3):76-80.
Testart. A. 1982. «The Significance of Food Storage Among Hunter-Gatherers: Residence Patterns, Population Densities, and Social Inequalities». En Current Anthropology 23(5).
Verhoeven, M. 2002. «Transformations of society: the changing role of ritual and symbolism in the PPNB and the PN in the Levant, Syria and South-East Anatolia». En Paléorient, 28(1), 5-13.
Jose Palanca
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