El interés del análisis de “lo contemporáneo y las revoluciones” reside en la propuesta de introducir al lector ávido de conocimiento histórico en el contexto ideológico surgido a finales de la Edad Moderna y que dio paso al inicio de la Edad Contemporánea. Época de la historia en la que aun estamos actualmente. Tras conocer cómo se divide la historia hay que responder ¿Qué es lo contemporáneo?¿Cuándo empieza la historia contemporánea?
El concepto de contemporáneo. ¿Cuándo empieza la historia contemporánea?
Antes de entrar en el terreno de las revoluciones hay que conocer el propio concepto de contemporáneo y lo que ello significa. Lo contemporáneo se suele asociar de forma clásica a lo que ocurre desde la “revolución” hasta nosotros. Es decir, desde las revoluciones liberales-democráticas surgidas principalmente a finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX hasta nuestro tiempo actual.
Dentro de lo contemporáneo hay en la historiografía actual distintas periodizaciones según los países. Mientras que en la Europa continental se tiende a escoger el inicio del periodo en la Revolución Francesa de 1789, Inglaterra inicia su edad contemporánea tras la Primera Guerra Mundial. Esto es así ya que en Inglaterra no tuvieron los procesos revolucionarios traumáticos que sí tuvieron los países del continente europeo. Este debate de la periodización de lo contemporáneo permanece en la actualidad. Está en fase de estudio, discusión y crítica. Es por eso por lo que es un tema de interés que no se ha quedado estancado respecto otros temas de tipo docente respecto la historia contemporánea.
Los antecedentes de lo contemporáneo: la revolución inglesa
Existen muchos historiadores de la Edad Contemporánea que dan especial énfasis a la importancia de la revolución inglesa en la nueva cultura política que dio lugar a la historia contemporánea. Desde el siglo XIII, con la redacción de la Carta Magna, el Parlamento en Inglaterra tuvo una relativa importancia en la política del país.Los hechos históricos sucedidos en Inglaterra durante el siglo XVII evidencian la lucha entre el parlamentarismo inglés tradicional y el absolutismo que pretendían introducir los monarcas ingleses siguiendo la corriente continental. La consecuencia de esta lucha de poderes tuvo en primer lugar la Guerra Civil inglesa entre el Rey y el Parlamento a mitad del siglo XVII y en segundo lugar a la “Gloriosa Revolución” de 1688.
La Gloriosa Revolución supone el inicio de la Monarquía Parlamentaria. Como consecuencia en Inglaterra se dará paso a las ideas liberales y republicanas. El máximo exponente de este pensamiento fue John Locke. Este proceso sufrido por Inglaterra (radicalización y ejecución del Rey, República, Dictadura, Guerra Civil y vuelta a la moderación aceptando los avances de las ideas de la revolución) incluye todos los pasos que se repitieron en procesos posteriores de las revoluciones que fueron cuna del liberalismo contemporáneo. Esta idea es de gran importancia ya que ayudará comprender los hechos acaecidos posteriormente en países como Francia.
Las revoluciones liberales de finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX
Después de la exposición del nacimiento de las ideas revolucionarias y liberales, se comentaran tres culturas postrevolucionarias que tendrán sus coincidencias y diferencias: la revolución norteamericana, la revolución francesa y la revolución en España y América Latina. Esta aportación es importante para observar diferentes comportamientos de una idea general común y que tiene repercusión en la actualidad.
La revolución norteamericana
La mayoría de historiadores inciden en la influencia de las ideas políticas inglesas en las colonias americanas. La revolución norteamericana surgió en la década de los 70 del siglo XVIII. La revolución nació en la misma defensa de esas ideas liberales ante lo que las colonias consideraban una afrenta a sus derechos y libertades causadas por el excesivo intervencionismo del rey Jorge III y del Parlamento de Londres en asuntos que tenían que ser decididos por las propias colonias.
La Declaración de independencia de EEUU
Para comprender mejor el carácter de las ideas de la revolución norteamericana solamente hace falta leer parte del texto de la Declaración de la independencia de los Estados Unidos.
«Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; y que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se vuelva destructora de estos principios,el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que base sus cimientos en dichos principios, y que organice sus poderes en forma tal que a ellos les parezca más probable que genere su seguridad y felicidad.» . Fragmento de la Declaración de la Independencia de EEUU. 4 de julio de 1776
De esta revolución norteamericana surgió una federación de estados con separación de poderes y con gobierno representativo. Lo interesante de esta revolución es observar como en las colonias inglesas de América del Norte surge un cambio cultural y político, en el que se llega a una perspectiva liberal y moderna. En Estados Unidos los ciudadanos pueden delegar la función gubernamental a sus representantes. Mientras tanto, el individuo puede dedicarse a su labor individual.
En esta nueva cultura política pasó a ser central el individuo, sus derechos y su libertad, frente a lo que tradicionalmente se venía haciendo. Este conocimiento sobre el nacimiento de EEUU es interesante para poder comprender la cultura liberal norteamericana y su posterior influencia en la sociedad occidental.
La revolución francesa
Las otras revoluciones de importancia se gestaron en el continente europeo y en las colonias americanas españolas. Por su importancia, la revolución francesa tuvo una mayor repercusión en Europa. Aunque tampoco hay que despreciar la revolución liberal española que tuvo su expresión en la Constitución de Cádiz de 1812.
No voy a hablar de los hechos. Solamente voy a remarcar que de la revolución francesa destaca la cultura posrevolucionaria en el que quedaba olvidado el concepto de libertad del republicanismo clásico de Grecia y Roma, asociado a la participación activa y cotidiana del gobierno. Ahora habrá democracia representativa. Lo colectivo se supedita a lo individual. Al contrario que pasaba en el mundo clásico, donde lo individual se supeditaba a lo colectivo.
Finalmente, tras la revolución francesa, la buena organización institucional depende ahora de la eficaz separación de poderes y la estabilidad de las leyes, que implicará un alejamiento de la sociedad civil (dedicado a lo particular) y el Estado (gestor de lo público). Como observa el lector, estos hechos son coincidentes con las consecuencias de la revolución norteamericana. Y, junto a ellos, serán imprescindibles para el desarrollo de la democracia actual.
La revolución iberoamericana
La revolución francesa influyó en las ideas liberales españolas de inicios del siglo XIX. Y estas ideas liberales españolas no acabaron fructificando del todo en España, aunque sí en sus colonias. Estos cambios producidos en la metrópoli y la influencia norteamericana tuvieron como consecuencia un proceso de independencia de las colonias americanas.
Pero este proceso no tuvo un resultado tan óptimo como el norteamericano, ya que se contaba con una tradición monárquica absolutista y no monárquica liberal. Por este motivo, según la opinión de diferentes historiadores, desembocó en una serie de estados donde no cuajaron bien los ideales liberales y republicanos. Esta situación aun repercuten en la actualidad en forma de caciquismos y autoritarismos.
Conclusión
Se ha intentado introducir al visitante de La Crisis de la Historia al concepto de contemporáneo y las revoluciones asociados al nacimiento de esta periodización de la historia. Es un debate interesante, en actualización constante y donde se puede profundizar en el tema.
Bibliografía
Tortella, Gabriel. Los orígenes del siglo XXI. Un ensayo de historia social y económica contemporánea. Gadir Editorial, SL. Madrid. 2005
Lario, Ángeles (coord). Historia Contemporánea Universal. Del surgimiento del Estado contemporáneo a la Primera Guerra Mundial. 1ª ed. Madrid. Alianza Editorial; 2010
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Jose Palanca
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