¿Qué es la historia? Esta es una pregunta que se repite mucho en diversas conversaciones sobre historia. Muchas veces estas conversaciones me suelen venir de la mano de gente que no entiende ni lo que es la historia ni su utilidad y que consideran que estás perdiendo el tiempo estudiando o divulgando historia. Y lo cierto es que se necesita contestar esto para saber qué historia se están perdiendo. Y también cómo puede esto beneficiarles en su vida personal y social. Por tanto, en este artículo pretendo aportar algo, aunque sin llegar a la altura de gente como Carr y Collingwood, al debate sobre qué es la historia.
Definición de historia
Antes de empezar a razonar sobre qué es la historia, vamos a empezar por lo sencillo: la definición de historia según la Real Academia Española de la lengua. Según la RAE, la historia tiene varias definiciones según su contexto. Pero yo me voy a quedar con 3 grupos de definiciones.
En primer lugar, la historia es «el conjunto de sucesos o hechos políticos, sociales, económicos, culturales, etc., de un pueblo o de una nación«. Asimismo, es el «conjunto de los acontecimientos ocurridos a alguien a lo largo de su vida o en un período de ella«. En esta primera definición se dice que la historia son los hechos del pasado de ámbito público o privado. Por tanto, historia es lo que ocurrió en el pasado.
En segundo lugar, la historia es «la disciplina que estudia y narra cronológicamente los acontecimientos pasados». Mediante esta segunda definición entramos en la disciplina académica y científica a la que se llama historia. Es decir, tendríamos también que la historia es la disciplina que estudia el pasado.
En tercer y último lugar, la historia es «la narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados«. En esta última definición se explica la historia como narración de los hechos del pasado. Resumiendo, historia es explicar el pasado. Pero, ojo, no hay que obviar el matiz «digno de memoria», del que hablaré en apartados posteriores.
¿Con estas tres definiciones sabemos qué es la historia?
A partir de lo anterior tenemos que historia es lo que ocurrió el pasado, es la disciplina que estudia el pasado y es explicar el pasado. Tres aspectos que se encierran dentro de una misma palabra.
Ahora bien. ¿Hemos de quedarnos con estas definiciones? Pues para comprender qué significa la palabra historia de una forma básica y de un vistazo podría ser. Pero si queremos profundizar un poco mejor acerca de lo que la historia es y lo que representa, debemos adentrarnos un poco más dentro de la filosofía de la historia.
El origen de la palabra historia: la antigua Grecia
Etimología de la palabra historia
La palabra historia viene del griego ἱστορία . La etimología de la palabra griega tiene su origen en la raíz indoeuropea weid-, que era un campo semántico relacionado con la visión y el conocimiento. De este origen indoeuropeo pasó al griego. ¿Qué significaba historia? Si nos atenemos a palabras del antiguo alfabeto griego, el sustantivo hístor significaba testigo y el verbo historein significaba conocer, investigar, narrar o atestiguar. De ahí podemos deducir que la historia narra un testimonio a través de un testigo.
Un ejemplo de este significado nos lo transmite A. Campillo en su artículo «tres conceptos de historia» en el que comenta que en la Ilíada aparece el término hístor para referirse al testigo. Este testigo es alguien que sabe algo porque así lo ha visto. Y como consecuencia puede dar un testimonio de lo acontecido.
Heródoto: el padre de la historia
Heródoto de Halicarnaso (484-425 a.C.) fue un historiador de la Antigua Grecia. Fue el que recogió este significado de historia creando una nueva disciplina. Es considerado como el padre de la historia ya que la historia como ciencia nace con él. Fue el autor del libro «Historias«, también conocido como «Los nueve libros de historia«.
Para Heródoto la historia pretende narrar los hechos a través de la investigación de fuentes y testimonios empleando una metodología específica y formulándose las preguntas concretas. En definitiva, historiar es investigar y explicar. Pero la propia etimología de la palabra nos dice que esta narración se realiza a partir de testimonios.
A partir de esta definición este primer historiador griego nos transmitió a través de su obra una serie de relatos de acontecimientos de la antigüedad, realizando también interpretaciones y valoraciones. Y aquí se aporta también un hecho evidente: la relación del historiador con la historia, de lo cual hablaré más adelante.
La herencia de Heródoto
Heródoto sentó la base de la disciplina histórica. El nacimiento de esta disciplina coincidía con la consolidación de las polis griegas y el paso del mito al logos. Se pasaba del relato de las divinidades griegas al relato del hombre, testigo de los tiempos terrenales.
La cultura griega continuó con la propuesta de Heródoto. El heredero más directo fue Tucídides (460-396 a.C.), famoso por haber escrito la Historia de la Guerra del Peloponeso. Y aquí Tucídides remarcó que el método de investigación empleado era a causa de haber sido testigo ocular directo o a través de testimonios que han pasado por una fase de crítica e investigación. En definitiva, Tucídides marcaba unas pautas a seguir para el método del acto de historiar: narrar a través de la investigación y la crítica. En cierto modo, era una investigación empírica, de la que podríamos encontrar paralelismo con otras ciencias no humanas.
¿Qué es la historia?
Una vez vistas las definiciones de historia según la RAE y conocido el origen de esta palabra vamos a pasar a profundizar un poco más en el concepto mismo de historia en la actualidad. Pero para eso tenemos que hacer dos distinciones: la historia como los acontecimientos del pasado y la historia como disciplina científica. Porque, aunque compartan una misma palabra y tengan relación, ambos conceptos son distintos entre sí.
La historia como los hechos del pasado
Si nos atenemos a este primer concepto, la historia es simplemente lo que ha sido. La historia es el pasado de la humanidad. Todas aquellos acontecimientos que le han pasado al ser humano, los sucesos que han sido. Como dijo San Agustín de Hipona (350-430) este concepto de historia es la «historia misma«.
Esta primera definición la historia a todo lo que ha pasado en torno al ser humano. Como dijeron algunos filósofos, es el modo de ser de los humanos. Y aunque no me quería meter mucho en estos términos filosóficos, es un término que me gusta ya que este modo de ser explica que el fenómeno histórico solo es humano.
Así que a la definición de lo que ha sido hay que añadir que se ha de acotar al género humano. Porque solo el ser humano se ha constituido a sí mismo de forma histórica. Solo el ser humano ha creado una narrativa propia que engloba a los seres humanos y las relaciones económicas, humanas, sociales, etc., que han tenido entre sí en el pasado.
Aunque como diría Robert G. Collingwood, no es un pasado muerto, sino un pasado que todavía pervive en el presente. Esta afirmación de Collingwood da que reflexionar. Y de hecho otros filósofos de la historia han hablado sobre ello. Porque esta pervivencia del pasado en el presente influye a la hora de estudiar y explicar la historia, tal y como comentaré posteriormente. Es un «pasado presente». Y te voy a explicar mejor el por qué: por ejemplo los nacionalismos de los siglos XIX, XX y XXI siempre vuelven al pasado para justificar el presente.
En definitiva, la historia en este primer concepto es el pasado del ser humano. ¿Qué límites tiene este pasado? Esa es otra cuestión interesante.
La historia como ciencia
Atendiendo a esta segunda definición, la historia es la disciplina científica, en este caso humana, que estudia e intenta reconstruir los acontecimientos del pasado de la humanidad a partir de criterios epistemológicos. En esta segunda definición, que antes había resumido simple y llanamente en la disciplina que estudia el pasado, se ocupa de investigar, de estudiar, de dar testimonio (como dirían los griegos) de los tiempos pretéritos.
Una interesante definición la anterior que puede ser complementada por otras definiciones. Y es que dependiendo de las distintas tendencias historiográficas que se han encargado de estudiar y narrar esa historia se han propuesto distintas definiciones de lo que es la historia como ciencia.
Una de estas definiciones es que la historia es un saber o ciencia que se ocupa de las acciones que han realizado los seres humanos en el pasado. Otra definición más funesta, dada por el historiador del siglo XVIII Edward Gibbon es la siguiente: «historia es poco más que el registro de los crímenes, locuras y adversidades de la humanidad«.
Por otro lado, para Marc Bloch, fundador de la escuela de Annales, definió la historia como «la ciencia de los hombres en el tiempo«. Una breve definición que encierra mucho tras de sí ya que Bloch puso en primer lugar al hombres antes que al pasado. De hecho, no aparece la palabra pasado porque para Bloch. Influenciado por esta nueva escuela historiográfica, el historiador francés puso por delante al hombre antes que el tiempo. Un tiempo que ya no era pretérito sino coetáneo a la sociedad creada por el ser humano. Una historia total que huyera de cronologías y periodizaciones.
La historia y los hechos históricos
Finalmente, también me parece relevante remarcar la definición según los empiristas según la cual la historia es un cuerpo de hechos verificados. Porque este empirismo tiene relación con los positivistas del siglo XIX, que dirían que la historia es mostrar lo que realmente aconteció.
Como consecuencia de esto se daría una importancia enorme a los hechos, que pasaron a engrosar los libros de los positivistas. Estos hechos son documentos, inscripciones, registros arqueológicos, etc. Y partir de estos hechos se sacarían las conclusiones. Pero aquí llegamos a una cuestión interesante: ¿qué es un hecho histórico?
¿Qué es un hecho histórico?
En este subapartado voy a recoger gran parte de las propuestas que Carr escribió en su libro ¿Qué es la historia?. Para Carr un hecho histórico es una selección de datos e información realizada por el historiador. Ojo porque esta definición es crucial. Porque Carr pone en el punto de mira al historiador. Este es el que decide qué es historia y qué no es historia. Porque el historiador elegirá aquel dato que considere que es un hecho histórico. En definitiva, la historia es siempre subjetiva.

Figura 3. Portada de la primera edición del libro «¿qué es la historia?» de Edward H. Carr. Fuente: Wikimedia Commons
La subjetividad viene porque el historiador es el que selecciona y ordena los datos que va a exponer, narrar y/o interpretar. El historiador es quién decide qué es aquello importante y lo que se debe convertir en un hecho histórico.
Un análisis que me dio mucho que pensar la primera vez que lo leí. Porque estoy de acuerdo con Carr. En no pocas lecturas he pensado cuántas lagunas hay. En no pocas veces he pensado en aquellos libros que se quemaron, se perdieron, se eliminaron por voluntad de determinados seres humanos o simplemente, aquellos libros que no se escribieron.
Por eso la historia que nos ha llegado es selectiva y está llena de lagunas. Lagunas que en ocasiones se pueden llenar a través de investigaciones recientes o del aporte de las ciencias auxiliares de la historia. O lagunas que no se pueden llenar, significando el olvido de aquello que pasó pero de lo que no ha quedado constancia.
De este modo los dos conceptos de historia en los que he incidido en este artículo están condicionados por este concepto de hecho histórico. Por tanto, la historia no es total, no es objetiva, es subjetiva. Un en esta subjetividad tiene importancia el historiador.
La historia y los historiadores
En este proceso subjetivo de recopilación y selección de datos el historiador tiene un papel fundamental. El historiador será al final el que decida qué es la historia que se cuenta en los libros.
Puedo poner un ejemplo de cómo el historiador decide esta historia. Estamos acostumbrados a estudiar la historia en períodos. Y esto es así porque historiadores del pasado decidieron crear esta interpretación o herramienta mental para intentar narrar, explicar o comprender mejor la historia.
Esta selección de hechos es realizada por estos historiadores atendiendo a criterios de relevancia histórica o a criterios personales. Una subjetividad a la hora de elegir qué es historia.
La objetividad del historiador
Pero esta subjetividad puede tener también objetividad. Pero de forma contraria como pensaban los positivistas, la objetividad no viene dada por el dato. La objetividad viene dada por el deber del historiador de respetar las fuentes, de verificar la exactitud o inexactitud de estas, de intentar llenar las lagunas a través de otros métodos o de ciencias auxiliares, de no omitir datos por ideologías o por razones personales. Todo esto sin omitir las interpretaciones o análisis personales del historiador. Esa es la objetividad del historiador.
Esta tarea del historiador se convierte en un proceso continuo y de realimentación. Conforme trabaja va interactuando con los hechos, aprendiendo de ellos, interpretándolos y aportando otros datos que el historiador convierte en hechos históricos. Es todo un proceso social.
Finalmente, el historiador también se ve afectado por su presente. El historiador quiere comprender el pasado, pero no vive en él. Desea comprenderlo, pero vive en su época. Como dice Carr, «el historiador no pertenece al ayer, sino al hoy«. A causa de esto, la función del historiador no es vivir en el pasado, sino comprenderlo.
De ahí que para Carr la historia es «un proceso continuo de interacción entre el historiador y sus hechos, un diálogo sin fin entre el presente y el pasado«. (Carr, 1946).
Qué no es la historia: la historia manipulada
No quisiera finalizar este artículo sin mencionar la manipulación de la historia. La divulgación de los hechos del pasado (es decir, la historia como ciencia) puede llevar a manipulación. De ahí mi propuesta de definir qué no es la historia.
Actualmente vemos como en diversos medios se emplea la historia para justificar unas acciones del presente que rompen con la convivencia social y con la legalidad. También encuentras libros donde la historia es manipulada a gusto del autor con el único objetivo de que los lectores estén de acuerdo con sus doctrinas, sean nacionalistas, religiosas o de otro tipo.
Esto estaría dentro la pseudohistoria, que está emparentada con las pseudociencias, las cuales también causan perjuicio a la sociedad y a los individuos. Y aunque no toda la historia manipulada es pseudohistoria, personalmente sí que la metería en ese saco.
¿Por qué digo que la historia manipulada es pseudohistoria? Porque la historia como disciplina tiene unos métodos, un rigor y una profesionalidad que los autores de pseudohistoria pasan por alto con tal de lograr sus objetivos de manipulación y adoctrinamiento. Es cierto que hay muchos historiadores que se han equivocado o que han llegado a interpretaciones erróneas. Pero no hay que confundir estos errores de historiadores con los profesionales de la manipulación y de la mentira.
Por tanto, concluiría con una sentencia de lo que no es la historia. Para mí la historia no es manipulación, no es conflicto, no es propaganda, no es adoctrinamiento. Porque me parece tan interesante saber qué es la historia como saber qué no es la historia.
Conclusión: qué es la historia
Antes de darte mis pensamientos finales, solamente decir que no soy experto en filosofía de la historia. Me falta mucho más qué leer sobre este tema y aún me queda mucho para profundizar en él. Pero sí te digo que he intentado plasmar lo mejor posible qué es la historia a partir de los conocimientos sobre este tema que he adquirido. No pretendo poseer la verdad ya que las preguntas qué es la historia y para qué sirve la historia tienen mucho debates detrás. Debates que han sido tratados en ocasiones por grandes historiadores y filósofos.
Tras esta reflexión solo concluir que podemos dividir la historia en dos grandes definiciones: los hechos del pasado del ser humano y la disciplina que estudia estos hechos del pasado. Una paradoja que la materia que se estudia y la disciplina que estudia dicha materia compartan la misma palabra. Una situación que lleva muchas veces a confusión, pero que a la vez transmite cierta belleza.
Finalmente, si me tuviera que quedar con una definición de historia, me quedaría con Cicerón: «historia, testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, mensajera de la antigüedad«.
Bibliografía
A continuación te dejo la bibliografía empleada para la redacción de este artículo. Si quieres conocer otros libros de historia, puedes pasarte por la sección LA BIBLIOTECA de esta revista digital de historia.
ARMITAGE, D., GULDI, J. 2016. Manifiesto por la historia. Alianza Editorial. Madrid.
CAMPILLO, A. 2016. Tres conceptos de historia. En Revista pensamiento, vol. 72, núm. 270, pp. 37-59
CARR, E.H. 2010. ¿Qué es la historia?. Ariel. Barcelona
CASADO, B. (coord.) 2012. Tendencias historiográficas actuales I. UNED. Madrid
COLLINGWOOD, R.G. 1946. The Idea of History. Oxford University Press. Oxford.
FLORESCANO, E. 2002. Para qué estudiar y enseñar la historia. En Tzintzun: Revista de Estudios Históricos, vol. 35, pp. 135-146
GRUZINSKI, S. 2018. ¿Para qué sirve la historia? Alianza Editorial. Madrid.
HUNT, L. 2019. Historia: ¿Por qué importa? Alianza Editorial. Madrid.
PÉREX, M.J. (coord.) 2012. Métodos y técnicas de investigación histórica I. UNED. Madrid
RAGA, P. 2007. Historia e historia. En Norba. Revista de Historia, vol. 20, pp. 209-224.
Jose Palanca
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Hola, me podría decir de que año es este artículo que necesito saberlo.
Un saludo, muchas gracias!!
El artículo fue publicado el día 5 de junio de 2019