El clero de España en el siglo XVI

El clero de España en el siglo XVI era, junto a la nobleza, el otro estamento privilegiado en la sociedad española del siglo XVI. En el siglo XVI la sociedad española era una sociedad estamental, siendo el clero uno de los 2 estamentos con privilegios, en el que destacaba la exención en el pago de impuestos. Empero, no era un grupo homogéneo y existían grandes diferencias entre el alto clero y el bajo clero rural. Además de ello, en esta entrada he incluido a las órdenes militares, que nacieron en la Edad Media con el objetivo de luchar las cruzadas contra los infieles musulmanes. Estas órdenes militares también gozaban de los privilegios del estamento eclesiástico.

Características generales del clero de España en el siglo XVI

El estamento eclesiástico era el otro grupo principal de los estamentos privilegiados de la España de la Edad Moderna. Este era un grupo jerarquizado y numeroso. Para entrar en este estamento solamente había que pronunciar los votos, aunque. como veremos a continuación, había mucha diferencia entre los miembros del clero.

Al igual que la nobleza, tenía un estatus jurídico especial. Como estamento privilegiado tenía inmunidad fiscal. También tenía, al igual que la alta nobleza, grandes posesiones de tierra, mantenidas gracias a las «manos muertas», que impedían que las propiedades de la Iglesia se pudieran enajenar. Junto al mayorazgo impidió la diversificación de la posesión de la tierra y la acumulación de grandes latifundios que provocaba menor productividad y mayor desigualdad social.

Finalmente, solamente nombrar el número de personas pertenecientes a este estamento. Según la bibliografía consultada es difícil calcular el número total, aunque en el siglo XVI habrían entre 80.000 y 100.000 personas pertenecientes a este estamento.

Ahora haré una breve distinción entre el alto y el bajo clero, ya que había una enorme diferencia entre estas dos partes. En el alto clero estaban los obispos, arzobispos, abades y otras dignidades, y estaban reservados normalmente a los hijos segundones y a los hijos bastardos de la alta nobleza. En el bajo clero estaban los curas o las órdenes religiosas, donde entraban los miembros de origen plebeyo. Era un estamento muy jerarquizado, por lo que era difícil poder pasar de abajo hacia arriba.

El alto clero

Dentro del alto clero estaban los obispos, arzobispos o los abades. Gozaban, junto a la alta nobleza, de una supremacía política, ya que intervenían en el ejercicio del poder real. Era también señores jurisdiccionales, por lo que la riqueza de la Iglesia estaba dirigida por este alto clero.

Pero el privilegio más importante era la exención de impuestos, aunque no era cierto del todo, ya que habían impuestos indirectos u otras rentas que debía pagar la Iglesia, como las tercias, el subsidio, el excusado y la bula de cruzada. Mientras tanto, la Iglesia cobraba a los campesinos el diezmo, principal fuente de ingreso del clero.

Otro privilegio importante era la posesión de un derecho propio, distinto al derecho civil. Era, en definitiva, una posesión de inmunidad frente a la jurisdicción civil.

El bajo clero

El bajo clero estaba compuesto por capellanes, curas, párrocos y beneficiados. Había en él gran diversidad, aunque la peor parte se la llevaban los clérigos de pequeñas poblaciones rurales y los beneficiados.

Este bajo clero solía ser de origen humilde, en mayoría campesinos del Tercer Estado, lo que se reflejaba en su economía. Esta era de niveles muy bajos, rozando en ocasiones la pobreza. Una vez más recomiendo la lectura del Lazarillo de Tormes para ver cómo podía ser la vida cotidiana de este bajo clero.

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Figura 1. El lazarillo de Tormes. Autor: Goya. Fuente: Wikimedia Commons

Clasificación

En primer lugar podemos nombrar a los párrocos. Estos tenían su responsabilidad dentro de sus funciones de la Iglesia dentro de su circunscripción. El párroco era el principal destinatario de los diezmos, el impuesto que se cobraba a los campesinos, ya que aseguraba la asistencia religiosa de aquellos fieles que pagaban el impuestos. No obstante, los obispos, cabildos u otros podían ser los receptores de dicho impuesto. Normalmente el párroco era nombrado por el obispo tras oposición, aunque también existieron casos en Castilla de patronato laico o señorial.

Los beneficiados. Estos se limitaban solamente a lo que les exigía la renta del beneficio. En el caso de los beneficios el patronato era más acentuado que aquellos que habían sido establecido por familias concretas.

También había sacerdotes «contratados» que tenían escasas oportunidades de obtener una parroquia o un beneficio.

Las órdenes regulares

En el siglo XVI más de la mitad del clero pertenecía a las órdenes regulares. A lo largo de este siglo hubo un incremento en su número. La ocupación de estas órdenes era la labor asistencia, la enseñanza y la oración. Era frecuente que miembros de la nobleza ingresaran en estas órdenes monacales.

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Figura 2. Iglesia del Gesù, Roma. Iglesia central de la Compañía de Jesús Autor: Alessio Damato. Funete: Wikimedia Commons

Entre las órdenes monacales destacaban los jerónimos, los cistercienses y los benedictinos. También habían órdenes mendicantes, las cuales estaban preferentemente en las ciudades, destacando los franciscanos y los dominicos.

En el siglo XVI aparecieron los jesuitas, que se acabaron consolidando como una orden con gran dedicación a la enseñanza de humanidades a los hijos de la nobleza y de las clases privilegiadas urbanas.

Las órdenes militares

Las órdenes militares se crearon durante la Baja Edad Media con el objetivo de ayudar a la Reconquista de la Península Ibérica. Aunque los caballeros de las órdenes militares habían transformado su sistema de vida en el siglo XVI. Ya no eran monjes-soldado, aunque mantenían un elevado prestigio social.

La concesión de un hábito de caballero de las órdenes de San Juan, Montesa, Santiago, Calatrava y Alcántara era una distinción social de prestigio, aunque en la práctica no obligase a nada.

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Figura 3. Cruz de la Orden de Montesa, fundada en la Corona de Aragón en 1317. Fuente: Wikimedia Commons

Más importante eran los cargos de comendadores, ya que las encomiendas eran señoríos vitalicios concedidos por el rey para recompensar servicios. El monarca era al inicio del siglo XVI el gran maestre de las órdenes de Santiago, Calatrava y Alcántara, originarias de Castilla. Solamente en 1585 se incorporaría la orden de Montesa a la Corona, siendo a partir de entonces el rey el Gran Maestre de esta orden.

En 1498 los Reyes Católicos crearon el Consejo de Órdenes Militares con el fin de encargarse de la administración de las órdenes militares castellanas. En 1523 el papa Adriano VI concedió a Carlos V la incorporación de los maestrazgos de las órdenes castellanas (Calatrava, Santiago, Alcántara) a la Corona, con lo que incorporó el rey otra fuente de ingresos. No obstante, desde 1524 las rentas procedentes de estas 3 órdenes se entregarían a los Fugger como garantía de los préstamos que dio a la monarquía. Posteriormente, una vez saldadas deudas o arruinados los banqueros del emperador, los maestrazgos se emplearían frecuentemente como arrendamiento de la Corona para saldar deudas y préstamos.

Conclusión

El clero en España en el siglo XVI era un estamento privilegiado. Todo el estamento gozaba de los privilegios de la exención del pago de impuestos y de regirse bajo una legislación distinta, pero había gran diferencia entre sus mismos miembros.

El alto clero estaba formado principalmente por segundones de la alta nobleza y por bastardos del clero y de la nobleza. Gozaban de posiciones preeminentes dentro de la estructura eclesiástica, llegando a tener algunos gran poder dentro de la política estatal. El bajo clero vivía sobre todo en zonas rurales y en muchas ocasiones apenas tenía para subsistir, teniendo una formación teológica escasa y con una influencia que apenas rebasaba el ámbito de su parroquia. Finalmente estaban las órdenes regulares y las militares. Estas últimas eran herencia de las cruzadas de la Edad Media, aunque ahora ya no eran los monjes-soldado que luchaban, sino que se transformaron en órdenes con prestigio y con gran relación con la corona.

Bibliografía

Si quieres ampliar tus conocimientos sobre este tema, puedes consultar los siguientes libros. El enlace de cada libro da a Amazon, lo que te permitiría su compra en caso de que lo desees.

Floristán, A. Historia Moderna Universal. Editorial Ariel. Barcelona. 2010

Floristán, A. Historia de España en la Edad Moderna. Editorial Ariel. Barcelona. 2011.

Lynch, J. Los Austrias (1516-1700) . Editorial Crítica. 2000

Ribot García, L. Historia del mundo moderno. Actas. Madrid. 2009

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Jose Palanca

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